AMADOR GÓMEZ
Martes, 26 de junio 2018, 20:17
madrid. El Real Madrid reconquistó en Vitoria la Liga Endesa, la número 34 del club blanco, para firmar el séptimo doblete de su historia tras confirmarse también como el rey de Europa, en la última temporada de Luka Doncic antes de marcharse a la NBA ... y dejar huérfano al equipo de Pablo Laso y a sus aficionados.
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El Madrid impidió un quinto partido al sentenciar de forma definitiva en el Buesa Arena al Baskonia, víctima de la noche gloriosa de Rudy Fernández (27 puntos, con 6 de 9 en triples y 33 de valoración), en esta ocasión líder y principal ejecutor de un equipo al que le sobra banquillo, recursos, hambre y experiencia para haber conseguido su cuarta Liga en los seis últimos años y certificar una hegemonía indiscutible en un curso con muchísimos problemas, de los que se han sobrepuesto a base de carácter y orgullo. Encumbrado en el capítulo final no por quien parecía estar llamado a hacerlo como último servicio, Doncic, sino por Rudy Fernández, acompañado también por un partido enorme de Facundo Campazzo y Gustavo Ayón, con el genial base esloveno siempre determinante en una batalla por el título de la Liga Endesa protagonizada por la anotación, el vértigo y el talento.
Kirolbet Baskonia (21+17+19+28) Vildoza (2), Beaubois (19), Timma (7), Shengelia (16) y Poirier (4) -quinteto inicial-. Voigtmann (2), Marcelinho Huertas (8), Janning (15), Diop (4), Granger (6) y Garino (2).
Real Madrid (18+24+23+31) Facundo Campazzo (17), Carroll (6), Taylor (2), Felipe Reyes (6) y Tavares (-) -quinteto inicial-. Fabien Causeur (6), Rudy Fernández (27), Luca Doncic (8), Ayón (14), Llull (5) y Thompkins (5).
Árbitros Conde, Pérez Pizarro y Jiménez. Sin eliminados.
Incidencias Cuarto partido de la final de la Liga Endesa, disputado en el Fernando Buesa Arena de Vitoria ante 14.488 espectadores. Rudy Fernández, jugador blanco, fue elegido como mejor jugador (MVP) de la final.
Después de un pésimo inicio de partido desde el exterior (0 de 4 triples el Madrid en el primer cuarto), fue Rudy Fernández quien se encargó de revolucionar el encuentro y la final, con un sublime segundo parcial del balear, autor de 17 puntos antes del descanso y entonces con un solo fallo de cinco lanzamientos desde los 6,75. Indefendible Rudy y entregado también a la defensa, el Real Madrid se agigantó con la muñeca del mallorquín, para conseguir una primera máxima diferencia de seis (23-29) que ya abría el camino de los blancos hacia el título.
Con Doncic muy apagado, fue Rudy Fernández quien se erigió en auténtico líder, mientras el Baskonia dependía demasiado de Shengelia y el georgiano también estaba bastante nublado. Nada menos que 11 puntos sumó Rudy en sus cinco primeros minutos en pista y, con ese acelerón, los blancos empezaba a dejar muy tocado al Baskonia, también incapaz de frenar a los madridistas en la pintura.
Incluso también con cinco pérdidas que cometió el Real Madrid en el primer cuarto los blancos no lo acusaron demasiado, porque el Baskonia no tenía su noche. Fue ese el único cuarto que ganó el aspirante, que a partir de entonces se fue desfondando y desesperando ante la exhibición de Rudy y el despliegue defensivos del balear, de Campazzo y de Causeur. El Baskonia picoteaba de vez en cuando con los triples de Janning, pero ante mayor poder colectivo del rival y, sobre todo la inspiración del mallorquín que después del partido anunció su renovación, la Liga comenzó a tomar un claro color blanco. Fue con un parcial de 2-15 con el que el Madrid comenzó a labrar su victoria.
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Aunque el conjunto de Pedro Martínez intentó reaccionar tras el descanso, la defensa de los exteriores madridistas, acompañados por Thompkins y Ayón, propiciaron que la batalla continuase decantándose a favor de los visitantes, que tampoco se vieron afectados al principio del tercer cuarto por una técnica a Felipe Reyes. Con Shengelia en el banquillo el Madrid se marchó siete arriba por primera vez (45-52), ya con 22 puntos de Rudy, mientras los locales se agarraban a su tiro exterior para no quedar sentenciados. Con 57-65 a falta de un último cuarto el título dependía más del rendimiento del Real Madrid que de un arreón del Baskonia, pero Beaubois volvió a dar esperanzas a los suyos.
Se volvió a acercar el Baskonia y el choque entró en una fase de precipitación y nervios en la que iba a resultar vencedor el equipo con más oficio y temple en esas situaciones al límite. Pese a que el Baskonia se acercó 76-79 a falta de 3:30 con un triple de Shengelia, Doncic también quiso dejar su último sello con un triple estratosférico (78-84) con dos minutos y medio aún por jugar, pero con el Madrid ya relanzado hacia el triunfo, sabedor de que esta Liga ya no se le iba a escapar.
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