Pierde el baloncesto

Cualquiera de los dos contendientes que hubiera ganado era digno campeón, pero Juan Carlos García González, Miguel Ángel Pérez Pérez y Benjamín Jiménez Trujillo se encargaron de borrar con sus decisiones finales el brillo de un trofeo obtenido en buena lid.

Que la falta de Randolph a Singleton no se señalara es un error muy grueso. Me parece increíble que tres árbitros no sean capaces de ver una acción antirreglamentaria en una jugada en la que no hay más foco de atención que dos tipos de 206 y 211 centímetros corriendo solos hacia una canasta, sin nadie alrededor. El golpe en la cabeza al poste azulgrana no tiene discusión. El madridista llegaba tarde a evitar la canasta que sentenciaba el duelo y arrampló con lo que pilló por el camino. Falta clarísima. Falta antideportiva. El error arbitral es terrible, pero es un error humano.

Peor fue el desenlace. La tecnología ha entrado en el deporte para ayudar a los árbitros a ser más justos. Lo que pasó en el WiZink Center fue indecente. En la retransmisión televisiva se vio claramente cómo el tiro de Tomic tocó primero el aro y el balón se alejaba de él después. Por tanto, la acción posterior de Randolph es otra jugada distinta. Fin del partido. No sé qué imágenes vieron los colegiados para dar por válida la cesta. Desde luego, si fueron las que yo vi, no podían tener la más mínima duda de lo que debían pitar.

Seré un 'buenista', pero quiero echarle la culpa a la tecnología y pensar que las tomas que les mostraron en el 'instant replay' no estaban tomadas desde los ángulos que vimos todos (y si es así, ¿para que narices se usan? ¿para confundir?), porque me cuesta pensar que las decisión del trío de árbitros (elegidos, supuestamente, por ser los mejores para impartir justicia en la final) se tomara para compensar el gravísimo error anterior. El baloncesto por fin fue noticia. Triste noticia. Perdió el baloncesto.