Un Madrid desatado no tiene piedad del Barcelona

Los dos equipos salieron al partido muy concentrados e intensos para evitar que el rival se marchase desde el principio en el marcador. En los primeros cinco minutos el Real Madrid volvió a mostrar el enorme potencial desde la línea de tres puntos al anotar dos de cuatro intentos, mientras que en el Barça los más activos eran Tomic en la pintura y Satoransky desde el triple. La preocupación invadió el Palacio de los Deportes cuando los árbitros pararon el partido porque la metralleta del Madrid Jaycee Carroll se dolía en el tobillo. El jugador americano al lanzar un triple desde la esquina izquierda apoyó mal su pie izquierdo y se dobló el tobillo. Esta acción provocó que entrase Rudy Fernández por él. Laso veía de reojo como Carroll tenía que ser atendido por los fisioterapeutas del equipo.

Sin embargo, el Madrid no notó ese problema y siguió con la misma mentalidad sobre la pista durante el primer período. Los blancos consiguieron un renta de ocho puntos gracias a los dos triples consecutivos de Rudy Fernández y Sergio Rodríguez. Esto obligó a Xavi Pascual a pedir su segundo tiempo muerto del partido cuando el marcador reflejaba un 28-20 para los locales. Los primeros diez minutos del encuentro llegaban a su fin con un Real Madrid muy acertado desde el tiro exterior con cinco de 12 intentos convertidos, que ganaba en la pelea por el rebote al Barcelona (9-7) y que no había cometido ninguna perdida por las dos de los azulgranas. Todo esto puso un resultado de 29 a 21 para los blancos.

El segundo cuarto comenzó con una buena noticia para la afición madridista, ya que Carroll volvía a la pista. Aunque Laso decidió dosificar al americano durante el partido. Los dos equipos en menos de cinco minutos cometieron cinco faltas personales que metieron a cada conjunto en bonus. Desde la línea del tiro libre los azulgranas iban reduciendo la diferencia del Madrid que de diez puntos pasó a cuatro 35 a 31. A pesar del acercamiento visitante todo fue un espejismo, ya que una canasta de dos del joven talento Luka Doncic, acompañada por otra de Ayón y un triple de Nocioni provocó un parcial de 7 a 0 para los blancos que ponía la diferencia en 42 a 31.

El Madrid seguía llevando la iniciativa en el cuarto con un gran Doncic que apenas jugó en Barcelona, pero que estaba siendo clave en la temporada, para que el Madrid pusiera una diferencia de catorce puntos. Xavi Pascual no daba con la forma de parar a Doncic, Sergio Rodríguez y Llull que lideraban el vendaval blanco.

La primera mitad finalizaba (54-41) con un Barcelona que tendría que hacer un esfuerzo para llevarse este tercer duelo por el título. Los azulgranas debían de mejorar en defensa para reducir el acierto exterior del Madrid que rozaba el 50% (7/15), mientras que el Barcelona únicamente convirtió dos de los diez triples intentados.

En el inicio del tercer cuarto parecía que Barcelona se volvía a meter en el partido endosando un parcial de 6 a 0 al Madrid y dejando el marcador en 54-47. Perperoglou, con un triple, y Navarro, que apareció como siempre anotando dos de manera consecutiva, buscaban reducir la diferencia. Los madridistas intentaban cortar cualquier atisbo de remontada y la diferencia se mantenía siempre entre los seis y once puntos.

Pero Rudy Fernández que todavía no había parecido en la final tenía algo que decir en el tercer cuarto. Gracias a sus doce puntos, un triple de Maciulis y una canasta de Thompkins la renta del Madrid se disparaba y el marcador reflejaba un 75 a 51 a falta de 2:40 para el final del cuarto. Los blancos habían roto el partido con un Rudy desatado en ataque y en defensa. El Barça había mejorado su porcentaje de tiro exterior pero el equipo madridista se mostraba imparable.

Empezaba el último punto con un Barcelona que estaba a 19 puntos de diferencia y que necesitaba un milagro para poder remontar el partido. El partido recordaba al último encuentro disputado en el Palau Blaugrana. Allí, el Madrid casi siempre fue por delante en el marcador y revolucionó el choque en la segunda mitad. El Barça no se rendía e intentaba recortar la diferencia y un parcial de los azulgranas les ponía a once puntos (82-71). Laso pidió un tiempo muerto a falta de algo más de tres minutos para que el partido acabase. El entrenador madridista avisaba a sus jugadores de que el encuentro no estaba terminado y les pedía un esfuerzo final. A falta un minuto una gran acción individual de Llull, un triple de los suyos y una bandeja de individual del español ponían una diferencia insalvable de 17 puntos. La bocina sonó con un marcador final de 91 a 74. Los blancos habían consolidado su victoria en Barcelona y ahora estaban a una victoria de la Liga.

A la tercera va la vencida

El triunfo del Real Madrid ha supuesto la primera victoria de la temporada para los blancos ante su eterno rival delante de su afición. En el partido de la liga regular los azulgranas vencieron con claridad a un Madrid que por aquel entonces tenía problemas de lesiones y mucho cansancio acumulado tras haber conseguido todos los títulos en la pasada campaña.

En la Euroliga los dos equipos se vieron las caras en el 'top-16' en uno de los grupos más complicados que se recuerdan. El momento inolvidable de ese partido fue la enorme acción individual de Justin Doellman que dio la victoria al Barcelona sobre la bocina. Una vez rota esa tendencia el Real Madrid buscara cerrar la ACB ante su afición el próximo miércoles a las 20:30 h.