Llull (i) protege el balón ante Tabu.
Copa del Rey | CUartos de final

El Madrid sí cumple el guión

El campeón arrolla al Fuenlabrada, sentenciado en sólo 20 minutos, para alcanzar su décima semifinal en 12 ediciones de Copa

Amador Gómez

Viernes, 19 de febrero 2016, 09:55

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El Real Madrid sí cumplió el guión en los cuartos de final. El campeón de las dos pasadas Copas del Rey, ya semifinalista en 10 de 12 últimas ediciones, arrolló al débil Fuenlabrada para mostrar sus credenciales y despejar dudas en un torneo en el ... que siempre es favorito y que ha quedado despejado para los blancos por la otra parte del cuadro con las despedidas prematuras del Barça y el Valencia. El Madrid superó con solvencia y facilidad su primer compromiso, sentenciado por el equipo de Pablo Laso en sólo 20 minutos, en los que, sin necesidad de brillar, arrolló a un adversario excesivamente frágil.

Cierto es, como recordaba Sergio Rodríguez, que el Madrid se crece y suele dar lo mejor de sí en los momentos de máxima exigencia, cuando se ponen en juego los títulos, por mucha irregularidad que el conjunto merengue haya mostrado esta temporada. Los blancos, que no se fiaban del Fuenlabrada, aprendieron muy bien la lección de la derrota sufrida hace un mes en Liga en el Fernando Martín y saltaron a la cancha concienciados de la trascendencia del choque para intentar dar un golpe de autoridad con vistas al último cruce de este sábado.

Antes de aspirar a ella y afrontar un choque bastante más duro, el estreno se trataba de una final, como había advertido su técnico y, en un duelo muy desequilibrado, el Madrid no dio la mínima opción al Fuenlabrada, que sólo se mantuvo en pie en el primer cuarto y recuperó algo de aire en el último como consecuencia de la relajación blanca, que suele aparecer cuando ya está la victoria amarrada. Antes del intermedio salió a la relucir el martillo madridista, con un trío mortal formado por Nocioni, Taylor y Ayón, que machacaron por dentro y por fuera al equipo de Jota Cuspinera. Faltaba el lesionado Rudy y Nocioni era una incógnita tras su lesión muscular en el muslo, pero el argentino confirmó estar plenamente recuperado, para convertirse en una de las armas letales de los madridistas.

La distancia de los números al descanso (54-34) reflejaron la tremenda superioridad madridista. En tiros de 2, 13 de 17 (76%) frente al 9 de 17 de los fuenlabreños, en triples, 6 de 13 (46%) contra 3 de 13 del rival, y 20 rebotes contra 12. La valoración global en la primera parte ya fue escandalosa, con 74 para los blancos y 25 para los naranjas vestidos de blanco. Al final, cuando el Madrid bajó los brazos, se cerró con 136 frente a 77. La fluidez de Sergio Llull (él sólo 24 de valoración), aunque sólo encestó un triple de cuatro intentos, también quedó reflejada en el colectivo, porque salvo Rivers, los diez que jugaron en la primera parte anotaron, mientras el rival sólo intentó sostenerse el mayor tiempo posible con Paunic y Stevic, antes de que Urtasun se aprovechase de que el rival se fue del partido.

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De un 0-8 a un 9-0

De Sobin, que tantísimo daño hizo al Madrid en la derrota liguera, apenas hubo rastro, porque Gustavo Ayón se mostró implacable en la pintura en ese primer parcial en el que a sus 10 puntos añadió tres capturas. Aunque a los blancos les faltaba ritmo y se echaban en falta más contraataques, el espectáculo lo pusieron los blancos desde el exterior, con Maciulis, Nocioni y Taylor. Al lituano le rompieron tres dientes en el entrenamiento de la víspera y recuperó la agresividad defensiva y la contundencia ofensiva desde el exterior, al igual que otro secundario como Taylor, que no falló un solo lanzamiento en poco más de seis minutos y medio que estuvo en pista cuando el Madrid se aseguró el triunfo.

Antes de que la desidia llegase al Real Madrid cuando los blancos se pusieron 25 arriba (65-40) y permitieron que el Fuenlabrada se acercase a 12 (84-72) a cinco minutos del final, el primer momento de dificultad llegó cuando los de Cuspinera fueron capaces del endosar un parcial de 0-8 en el segundo cuarto para acercarse a tres (32-29). Pero eso sólo sirvió para espolear al Real Madrid, que devolvió la afrenta rápidamente con un 9-0.

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Es lo que tiene un equipo de tal potencial y talento. Que cuando se ve apretado y exigido, siempre dispone de alguien fiable para responder y contagiar de espíritu a los suyos. En un primer momento fueron Nocioni y Llull. Después, la artillería de Carroll, que frenó en seco al Fuenla cuando el Madrid quiso darle algo de emoción, muy poca, al partido. Tras salvar un fácil compromiso, el sueño de tres Copas seguidas 41 años después sigue vivo para los madridistas.

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