La Copa de sol y playa es de frío y viento

La Copa de Gran Canaria en Las Palmas se anunciaba como de sol y playa, pero desgraciadamente, es de frío y viento. ¡La Copa en bañador!, se llegó a gritar el jueves por megafonía en el flamante pabellón que acoge el torneo. Sonaba a chiste. Bajas temperaturas y fuertes rachas de viento en las calles, pero también en el recinto que alberga la Copa, el Gran Canaria Arena, afectado por una corriente heladora de aire que obliga a aficionados y periodistas a presenciar los partidos ataviados con ropa de abrigo y, en algunos casos, incluso con bufandas.

La Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) lamenta que el jefe de seguridad del pabellón no permita cerrar una de las puertas por las que se cuela ese viento que fastidia durante más de seis horas a quienes tienen que soportarlo y que amenaza con provocar enfermedades. Mientras se trabaja en encontrar una solución en el Gran Canaria Arena tras las quejas de los medios de comunicación, este clima tan extraño en la isla ya ha trastocado la Minicopa Endesa, que en vez de disputarse en dos canchas al aire libre en la Playa de Las Canteras comenzó a jugarse este viernes en el CID, que, como mínimo, también albergará el segundo día de competición.

Dadas las previsiones meteorológicas, con alta probabilidad de lluvias y fuertes vientos este sábado, la organización ha decidido mantener también la segunda jornada en recinto cerrado. La ACB estudiará los informes meteorológicos del domingo para estudiar la ubicación la ubicación de la final, anunció la Asociación de Clubes en referencia a la Minicopa de los chavales en la que asombró en 2004 Ricky Rubio y que ha tenido que modificar sede y calendario, ahora comprimido a causa de tan mal tiempo.

Al dominó, con mantas

La tarde del jueves, en los bares y cafeterías alrededor de la playa, grupos de vecinos jugaban al dominó y aguantaban a menos de 12 grados con mantas sobre sus hombros. Por la noche hasta diluvió, mientras se disputaban los primeros partidos de cuartos de final de la Copa. Las mantas aún no han llegado al Gran Canaria Arena, pero tampoco se puede descartar que alguien las reclame si continúa el frío. Hace bastante más calor en el párking del pabellón que en las gradas destinadas a prensa y aficionados.

Abandonar el Gran Canaria Arena para ir al destino deseado también resulta una odisea, porque, a pesar de la amabilidad de todo aquel que uno se encuentra a su paso, no sólo se echan en falta carteles que ayuden a guiarse, sino porque, los que existen, confunden más que ayudan. La noche del jueves más de un grupo estuvo al menos veinte minutos dando vueltas por el pabellón para intentar encontrar una puerta de salida que condujese hacia el autobús preparado para los traslados a los hoteles. Una vez allí, antes de la medianoche, prácticamente todo cerrado, por lo que, quien no picó algo en el pabellón, se fue a la cama sin cerrar. Las Palmas, desierta, ya dormía. Se preparaba para el gran día de fiesta de los Carnavales cerca de la playa que se ha desligado de esta Copa.