Lección magistral del mejor Promete

¡Qué gran primera mitad del Campus Promete! Soberbia. Pasó por encima a uno de los grandes del baloncesto español con un ejemplar trabajo defensivo y con una más que estimable claridad en ataque. Se desgañitaba Alfred Julbe pidiendo a las suyas tensión y defensa, pero era el equipo local el que ponía todo eso y mucho más, como el ritmo de balón que exigía Aneas.

Mientras las logroñesas veían el aro con una claridad pasmosa desde que Nogic inaugurara el marcador con un triple en la primera jugada del choque, las catalanas arrastraban un paupérrimo porcentaje (5 canastas en 28 intentos en los dos cuartos iniciales), provocado por la excelente interpretación defensiva ofrecida por el Promete. Si en la línea exterior las locales (con una Irene Lahuerta que transmite energía y pasión) achuchaban hasta la desesperación de las gerundenses, por abajo, Burani, Geldof, Kovacevic y una Diarra recuperada para la causa frenaban a las poderosas Labuckiene y Reisingerova. El rotundo parcial de 18-6 del segundo cuarto y el 35-16 que mostraba el marcador al descanso dejaban claro lo ofrecido por unas y otras.

Parecía mentira que después del exigente partido, con dos prórrogas incluidas, del pasado miércoles ante el Ensino, las logroñesas pudieran mantener pocos días después la extraordinaria intensidad que estaban ofreciendo ante el Girona. Estaba por ver si iban a ser capaces de mantener esa alta cadencia y si las visitantes iban a despertar y mostrar su calidad tras la pésima primera mitad.

Era de imaginar la reacción del actual campeón copero y así fue. Con otra actitud, presionando mucho más arriba intentó intimidar a las de Aneas. Sin embargo, una imparable Geldof se erigió en protagonista para mantener la amplia ventaja. Vaya cuarto se marcó la pívot belga, con trece puntos sin fallo.

Pero el partido había cambiado. El Girona era ya el equipo que se esperaba en Logroño, fuerte atrás y con muchos recurso adelante. Y, pese a todo, el Campus Promete le jugaba de tú a tú, aguantaba el envite y echaba un órdago que el Girona no pudo aguantar.

De hecho, la diferencia se fue por encima de los veinte puntos (63-40). Y es que, ante un herido cuadro catalán que se quedó sin soluciones, las riojanas no se relajaron hasta hacer posible un resultado que ya es histórico.