Íñigo Zorzano suma y sigue en Rusia

Es el sino de los segundos entrenadores, estar a la sombra del líder del banquillo, en la difícil posición de ejercer de Pepito Grillo del técnico principal y mantener bien firmes los puentes entre el equipo técnico y la plantilla. Quizás sus nombres no suenen tan fuerte como los de sus jefes o los de sus pupilos, pero son parte esencial en los éxitos (y los fracasos) de los equipos de los que forman parte. Grandes desconocidos para la masa, muy apreciados por los profesionales.

Y, además, de vez en cuando, tienen que lidiar con la obligación de tomar las riendas del equipo en momentos habitualmente muy complicados. Cuando son ellos los que están levantados durante un partido dirigiendo más allá de los apuntes personales, de la apreciación de detalles a algún jugador en pista, es que la situación es más que complicada.

Que se lo digan a Chus Mateo, que debe tomar las riendas de un Real Madrid descolocado por el infarto sufrido por Pablo Laso. El técnico madrileño tendrá que llevar al conjunto blanco, de momento, en las semifinales de la Liga ACB y en una posible final.

O que se lo digan a Íñigo Zorzano, uno de los ilustres técnicos riojanos que brillan en Europa. El logroñés acumula todos los trofeos habidos y por haber en el baloncesto continental: Liga ACB, Copa del Rey, Euroliga... Y ahora suma otro título en una liga extremadamente complicada como la rusa y en una situación compleja como la de la actual invasión de Ucrania que obligó a rehacer plantillas.

Zorzano lleva muchos años acompañando a Xavi Pascual en sus equipos, desde antes de llegar al Barcelona y hacer historia con uno de los periodos más gloriosos de la sección de baloncesto de la entidad culé. Después vino el Panathinaikos y, por último, el Zenit de San Petersburgo.

Con este último acaba de ganar la liga rusa a un CSKA de Moscú que pasa por ser uno de los equipos más poderosos de Europa. Para el Zenit supone el primer título del campeonato VTB en la historia del club y, además, rompió la hegemonía del antiguo equipo del ejército ruso, ganador perenne desde 2011.

Fue una final épica resuelta a siete partidos y en la que los de San Petersburgo se fueron creciendo y tuvieron que remontar un 3-1 adverso –con un cuarto partido que valora «como uno de los mejores que se han podido ver en Europa en los últimos años, con una derrota por un punto en el último segundo de la segunda prórroga»– en la eliminatoria definitiva y acabar ganando en la cancha rival por 75-81 en el séptimo y último encuentro. El papel de Íñigo Zorzano fue fundamental, más si cabe, para el Zenit ya que Xavier Pascual fue expulsado del banquillo en el tercer cuarto.

El técnico riojano asumió entonces el mando de los suyos y dejó ya para el recuerdo una remontada de tintes épicos, al estilo de los Cavaliers de LeBron James ante los Golden State Warriors de Stephen Curry en las finales de 2016 de la NBA, cuando Cleveland levantó también un 3-1 adverso ante la franquicia que acababa de establecer la mejor marca de victorias en la historia de la liga estadounidense. «No es habitual pero tampoco es la primera vez que nos pasa y en los entrenamientos los jugadores están habituados a verme dirigirles. No lo piensas, lo haces y ya está», explica.

Inmerso en pleno proceso de celebraciones, Íñigo Zorzano (que suma la liga rusa a las conseguidas en España y en Grecia) ya piensa en «deshacer la maleta, descansar en casa después de diez meses de trabajo y tomarme un buen pincho y un buen vino».

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