He pasado años cubriendo partidos y ruedas de prensa del Real Madrid y de la selección española como periodista. Como aficionado he disfrutado con él desde que aún era un niño. En el Mundial de España de 2014, a algunos de los plumillas que habíamos ... estado siguiendo al equipo en la primera fase en Granada nos concedieron la oportunidad de entrevistar a uno de los jugadores, ya en Madrid, donde se jugaba la fase final del torneo. En el Meliá Castilla, cuartel general de España, nos sentamos cara a cara en dos sillones de esos para 'repanchingarse' tranquilamente, con un espirituoso en la mano (no lo había ese día) y dejarse caer en una conversación tranquila y agradable. Hizo que lo que podía haber sido una entrevista más se convirtiera en una grata conversación en la que fue especialmente generoso y sincero. Felipe Reyes no estaba siendo apenas utilizado por Orenga. Me habló, con la medio timidez de un tipo divertido, cachondo y muy querido en la intimidad de 'la familia', de que seguía disfrutando de los veranos en la selección con sus amigos; de que estaba molesto (y hasta enfadado) por lo poco que jugaba pero que lo primero era el equipo y que, mientras las cosas fueran bien, poco había que decir (poco después fueron bien mal y a él poco le dejaron hacer). Me despedí de Felipe como de un colega al que le dices 'hasta luego, nos vemos pronto'. Así de bien me trató.
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Me ganó más todavía de lo que ya me tenía porque, sin ser, ni de lejos, el jugador con más talento de los chicos de oro (es difícil serlo con gente como Navarro, Pau Gasol o Raúl López), su capacidad de luchar como un chiquillo pese a tener una vitrina llena de trofeos y copas y sus ganas por mejorar y ser mejor jugador le hicieron imprescindible en la mejor España de todos los tiempos y en el gran Madrid de Laso.
En un mes cumple los 41 y posiblemente ha disputado su última Copa del Rey, en la que se convirtió en el jugador con más minutos. Lo hizo con muchos más años que su primera vez, pero con su mismo espíritu. Ese que le ha hecho especial, muy especial.
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