La Euroliga reivindicativa de Chus Mateo

El técnico blanco entra en la historia del Real Madrid como entrenador campeón de Europa, en una lista que comparte con ilustres figuras como Joaquín Hernández, Pedro Ferrándiz, Lolo Sainz, Zeljko Obradovic y Pablo Laso. Precisamente, la salida de este último ha sido uno de los desencadenantes de las críticas que ha recibido Chus Mateo por parte de la parroquia madridista durante todo el curso. Mano derecha de Laso durante ocho años, Mateo tomó el mando del equipo tras la salida por causas médicas del extécnico blanco, quien tuvo un conflicto con el club, especialmente con Juan Carlos Sánchez, jefe de la sección de baloncesto del Madrid. Acusado de traición por parte de la afición, Mateo no empezó con buen pie su andadura como entrenador merengue.

Discutido ya desde el comienzo, la derrota sorprendente en Copa del Rey ante Unicaja no ayudó a calmar las aguas con respecto a su futuro a corto plazo como técnico blanco. Esa eliminación supuso un palo muy duro para Mateo, que tenía pie y medio fuera del Madrid. Necesitaba recuperar a un equipo «falto de alma», como él mismo señaló tras la debacle copera.

El Real Madrid ha conseguido el más difícil todavía, y en gran medida, ha sido gracias al técnico madrileño, que ha mostrado un gran aplomo táctico y una enorme capacidad de adaptarse ante los diferentes infortunios a los que se ha enfrentado el Madrid en la presente edición de la Euroliga: Las cuantiosas lesiones y las sanciones por el escándalo ante el Partizán de Belgrado.

El milagro de esta Euroliga comenzó a fraguarse ante los serbios. El Madrid consiguió remontar un 0-2 en el global de la eliminatoria y sin factor cancha. Una proeza sin precedentes en la historia de la mejor competición de clubes del baloncesto europeo. Aquella hazaña supuso un antes y un después para el técnico blanco, que se mostró liberado como nunca antes desde que cogiera al equipo en verano de 2022.

La sólida Final Four del Madrid lleva la firma de Chus Mateo. Ante las bajas de dos piezas fundamentales como Guerschon Yabusele y Gaby Deck, Mateo se doctora en Kaunas incluyendo al canterano de 18 años Eli Ndiaye, que firmó grandes partidos ante Barcelona y Olympiacos, devolviendo la confianza que el entrenador depositó en él.

La victoria en semifinales ante el Barça de Šarūnas Jasikevičius, que contaba con la vitola de favorito, supuso otra inyección de moral para el Madrid de Mateo, que estaba a un solo encuentro de otra gesta para la historia. Y lo lograron. El Olympiacos ya tocaba la copa con la punta de los dedos a dos minutos del final con seis arriba en el luminoso. Pero dos pesos pesados como Sergio Rodríguez y Sergio Llull negaron la Euroliga a los helenos. Dos jugadores que han sido la prolongación de Chus Mateo en la pista durante toda la competición y que tiraron del carro cuando peor pintaba la cosa para el Madrid. Llull con la canasta definitiva y el 'Chacho' siendo la piedra angular del equipo desde la remontada ante el Partizán, asumiendo la responsabilidad cuando el balón quemaba.

El primero en elogiar la ardua labor de Chus Mateo fue el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez: «Me alegro por él porque creo que ha pasado un año difícil y creo que ha sido injusto y hoy le estamos dando el reconocimiento de un gran entrenador porque a partir de ahora ya es un gran entrenador. Que nadie tenga duda», concluyó el presidente sobre el parqué del Zalgirio Arena. Declaraciones que dejan entrever la confianza de la plana mayor del Madrid en Chus Mateo para la próxima temporada.

El momento más emotivo se vivió en la rueda de prensa posterior. Chus Mateo, que apenas esbozó una sonrisa tras la conquista de la Euroliga, rompió a llorar al escuchar las palabras del MVP de la final, el caboverdiano Edy Tavares: «Lo único que quiero hacer es felicitar a este hombre que está aquí conmigo. Creo que sufrió más que nosotros tratando de poner todo en orden para que juguemos juntos, para luchar por este club. Creo que todo el mérito es suyo. Todo entrenador y todo jugador en su primer año es difícil de gestionar. En Madrid es súper difícil ser el primer entrenador. Quiero felicitarle. Creo que estamos aquí gracias a él. Estamos aquí porque él creyó en nosotros», añadió el pívot madridista, sentado al lado de un Mateo visiblemente emocionado.

La undécima Euroliga blanca cuenta con nombres propios sobre la pista, como Tavares, Sergio Rodríguez o el siempre oportuno Llull. Pero también el de Chus Mateo, el técnico que a base de trabajo ha pasado de estar con pie y medio fuera del Madrid a escribir su nombre con letras de oro en la historia del club blanco.