La épica refuerza la reconstrucción del Clavijo

La mejoría del Clavijo fue evidente desde el salto inicial gracias al factor Arbosa. Lo que hizo Hugo en el primer cuarto fue una exhibición. Cuatro de cuatro en triples para doce puntos, cinco rebotes, dos asistencias y 19 de valoración en ese parcial. El vitoriano fue fundamental en diez minutos sobresalientes, en defensa y en ataque, en los que hubo que esperar nueve minutos para ver la primera canasta de dos del Clavijo. Antes, cinco triples y cuatro tiros libres.

Había salido Ricardo Úriz con un cinco muy reconocible, con De Pablo, Torres, Ayesa. Arbosa y Orlov, al que dio continuidad durante todos el cuarto inicial. Los dos primeros cambios (Faye y Hrabar) se produjeron cuando solo quedaban 26 segundos. Y Torres cerró una ilusionante máxima de 23-8 antes del descanso obligado.

Sentaron mal los cambios a los blanquirrojos. Mientras el Albacete subía el nivel defensivo, los capitalinos permitieron tiros cómodos a su rival, que se metió de lleno en el choque con nueve puntos consecutivos para abrir el segundo cuarto. Tanto se metieron los de David Varela que llegaron a ponerse por primera vez por delante ante un espeso Rioverde (29-31) y alcanzaron el descanso con una renta mínima tras un parcial muy favorable de 9-25.

Recuperó tras el paso por vestuarios Úriz a su quinteto titular. Con menos brillantez que al principio del encuentro pero con oficio, trabajo atrás y juego bien elaborado en ataque, el Clavijo retomó el mando (45-38). Bastaba con tener las cosas claras: solidez defensiva y pocas virguerías en ataque, simplemente buscando a Ayesa por fuera y a Orlov por dentro. Y así, el Rioverde era superior (52-43). Pero de nuevo los manchegos recortaron con los movimientos del banquillo para entrar en el cuarto final con todo en el aire (54-53).

Ahora sí, con la llegada de los minutos decisivos la segunda unidad funcionó al nivel de lo que habían mostrado los titulares y el Clavijo comenzó a llevar el choque hacia su lado (64-55). Siempre desde la defensa. Intentó contemporizar el partido el Rioverde y dejar pasar el tiempo, pero el duelo entró en una sucesión de errores por ambos bandos. Al menos, eso favorecía al que iba delante en el marcador.

El Albacete lanzó su último órdago con Pablo Sánchez al frente y se puso arriba a falta de 26 segundos. Falló el Clavijo, que no llegó a tirar. Erró los dos tiros libres Tamayo. Miguel de Pablo lanzó desde medio campo. El balón dio en la tabla y entró. La explosión de júbilo no pudo ser mayor en el equipo local y en la grada gracias a una victoria desde una épica que refuerza la reconstrucción del nuevo Clavijo de Ricardo Úriz.