Despedida sin premio del Palacio

Comenzó el Ourense sacando partido de un Clavijo dormido y sumó ocho puntos de salida. Solo habían pasado dos minutos y Jenaro Díaz se vio obligado a pedir su primer tiempo muerto. Reaccionaron los locales y redujeron la diferencia a uno (13-14). Sin embargo, los gallegos seguían mandando en el marcador con entas cortas, sumando en penetraciones a canasta (22-29). El partido estaba en muy pocos puntos pero era el Ourense el que llevaba siempre las de ganar.

No encontraba el Rioverde una continuidad de acciones defensivas y ofensivas como para presionar a un rival que sí mantenían los de Félix Alonso y que les permitía llevar su ventaja por encima de la decena de diferencia (26-39). Fluía el balón en los ataques visitantes y eran los logroñeses los que se atascaban en una ofensiva más lenta que no encontraba espacios. Sin embargo, ocho puntos seguidos -dos triples de Knudsen y una canasta de un activo Coffi- permitieron al Clavijo llegar al descanso con aspiraciones de cara a la segunda mitad (36-41).

Dos triples, uno del danés y otro de Tamba, igualaron el partido a 42 tras el retorno de vestuarios. Un dos más uno de Norris puso por delante por primera vez al Clavijo (45-44). Se recompuso con rapidez el Ourense, con diez puntos consecutivos y con Gill haciendo mucho daño bajo los aros con sus 2,18 metros (48-56).

Hacía el Rioverde la goma constantemente. Se acercaba y, cuando se metía de nuevo, algunas acciones desafortunadas, pérdidas inapropiadas le alejaban del rival. Pero se entraba en el cuarto final con opciones (60-65).

Nuevo tirón. Pero siempre era del Ourense (61-70). Y otra vez a remar el Clavijo. Y remó. La duda estaba en saber si llegaría a la orilla o si moriría en el intento. 70-72. Otro final con tensión en el Palacio. Uno más. Han sido muchos en una temporada que le ha dado la espalda a los blanquiazules. La afición riojana ha disfrutado de una buena campaña y el equipo ha competido en casa hasta donde ha podido. No le ha dado para seguir en Oro, pero ha sido honesto y lo ha dado todo. No se le puede pedir mucho más. Y esta vez volvió a no dar. 78-82. Acaba el año en casa el Clavijo y el público, pese a la derrota, despidió a los suyos con honores, entre aplausos y gritos de ¡Siempre Clavijo!.