El Clavijo, vestido por arriba, destapado por abajo

Jugadores y cuerpo técnico insisten en que van a pelear hasta que las matemáticas digan que no hay posibilidad alguna de seguir una temporada más en LEBOro. El club también ha dado muestras de su implicación para darle una vuelta al equipo en medio de la temporada para intentar que el retorno a la categoría de plata del baloncesto español no se quede en solo una temporada.

Es evidente que el equipo ha reaccionado positivamente a los cambios y los jugadores que se han incorporado a la plantilla han dotado de mayor calidad ofensiva a un 'roster' necesitado de ello. Yasin Kolo, Txemi y Álex Urtasun y, en menor medida, Marc Peñarroya, se han convertido en referencias del ataque blanquiazul y la anotación del Clavijo ha aumentado considerablemente en las últimas jornadas.

De la complicada media de 65 puntos conseguidos por partido, producción irremediablemente insuficiente para pelear por las victorias, se ha pasado a conseguir en las últimas cinco jornadas algunas de las anotaciones más altas de la campaña. 88 puntos ante Leyma Coruña, 72 contra Real Valladolid, 78 frente a Cáceres, igual cifra ante Oviedo y 85 contra el Betis.

Sin embargo, esa mejoría en campo ajeno también ha significado la pérdida de contundencia defensiva y en esos cinco choques el cuadro logroñés ha recibido una elevada media de 86,2 puntos en la canasta propia.

Es cierto que el Rioverde ya no sufre al menos largas desconexiones en ataque (no tan prolongadas, al menos) pero las trampas que antes resultaban tan eficaces atrás, ya no son tan efectivas, y el conjunto capitalino no ha podido encontrar el equilibrio necesario a ambos lados de la cancha para sumar los triunfos que todos esperaban y el descenso está muy cerca pese al esfuerzo de todos por intentar retrasarlo lo máximo posible.

Al final, al Clavijo le ha resultado imposible taparse a la vez la cabeza y los pies.