'Play off' de ascenso a LEB Oro

Al Clavijo no le vale con la épica

Comenzó el choque con mucha tensión por parte de los dos equipos, muy mentalizados e implicados con todo lo que había en juego. Estaba en sus manos la evolución de dos proyectos deportivos hacia el primer nivel. Coffi se encargó de la estrella del equipo visitante, el francés Jackson. La defensa blanquiazul funcionaba. Y, además, respondió el Palacio, con una entrada como hacía tiempo que no se veía en un partido de baloncesto con protagonista riojano sobre la pista. Unas 1.500 personas y un ambientazo para apoyar al capitán De Pablo y a su tropa. Eso ya era la primera victoria del Clavijo. Sobre la cancha, cuatro minutos y medio le costó al cuadro balear sumar su primera canasta.

No estaba el Clavijo tampoco sobrado de recursos ofensivos pero le bastaba para comandar el marcador con solvencia (9-2).

Transcurría el choque con mucha intensidad pero escaso acierto y sin concesión alguna a segundas oportunidades por ninguno de los dos bandos. Y se cerraba el cuarto inicial con un pírrico 9-8 a favor del anfitrión.

La primera canasta del segundo parcial, obra de Alderete, supuso también la primera ventaja en el partido para los isleños. Un triple a tabla de Ukawuba fue la respuesta. Esos tiros también cuentan. El partido era un compendio de pequeñas pero duras batallas que viajaban de una a otra zona sin descanso y en la que solía salir airoso el par que defendía el fuerte.

En los riojanos, cometía la segunda falta a los quince minutos Javi Nicolau, bastión fundamental contra las dos inmensas torres visitantes, Stoilov y Popic.

Era Edwin Jackson el que encontraba con más facilidad el aro rival. Es lo que se le presuponía a un máximo anotador de la ACB. 13 puntos alcanzó, con una serie de lanzamientos más que aseada, en una primera mitad escasa de constancia a la hora de sumar. Era el internacional galo el que mantenía a los suyos con una escasa renta que se estiró hasta los cinco puntos como máximo (25-29). Aguantaba el Rioverde Clavijo pese a todo.

El bagaje ofensivo de ambos era tan escaso al descanso que era de esperar que el paso de los minutos y el desgaste físico hicieran que los ataques comenzaran a ganar confrontaciones poco a poco. Estaba por ver si eso iba a favorecer a uno o a otro y si podía suponer una quiebra en la eliminatoria que desequilibrara el combate hacia uno de los banquillos.

Igualó la contienda el cuadro dirigido por Jenaro Díaz, que volvía a cerrar su canasta y logró correr por medio de un Berni García que ha ido creciendo a medida que han avanzado las eliminatorias del 'play off'. Otra vez colapsaba defensivamente a los menorquines. Después de tres minutos y medios secos, Alderete tomó el relevo ofensivo de Jackson y, con cinco puntos seguidos, daba otra pequeña vuelta de tuerca al electrónico.

Estaba bonito el partido. Apasionante para los amantes del baloncesto, no apto para corazones débiles. La efervescencia física de los de Javier Zamora la combatían los blanquiazules con coraje y muchísimo compromiso colectivo. Al Menorca le bastaba con dos malos ataques locales para abrir rentas cortas (36-41). Pero estaban los dos técnicos muy pendientes de parar cualquier intento de arranque rival. Paró Díaz el parrido y Norris salió del tiempo muerto con un triple. Coffi añadió un dos más uno. Este Clavijo nunca se rinde. «Sí, se puede», gritaba la grada; cantaba «a por ellos, eoeoe». Un espectáculo.

Zamora apostó por dar muchos minutos a sus hombres importantes. Sabía que un buen resultado pasaba por mantener a Jackson, Alderete y Stoilov. Más con Molins descalificado por cometer dos antideportivas nada más empezar el cuarto definitivo.

El Rioverde Clavijo quería viajar a las islas por delante. Puso todo el empeño en ello con un esfuerzo encomiable. El Menorca buscaba a su enorme pívot búlgaro para generar ayudas y desventajas, en defensa protegían bien su canasta ante las posibles penetraciones blanquiazules. Su pareja estrella, Alderete y Jackson, le dio seis puntos de renta, su máxima en el choque (50-56). Visto cómo había ido el duelo, era gloria para los visitantes. El escolta galo hizo suyo el partido. Amasó el balón y decidió a favor de los suyos (53-62).

Necesitaba un último esfuerzo el cuadro anfitrión para no dejar escapar definitivamente la eliminatoria. Y lo dieron todo los blanquiazules. Siempre lo hacen. Alderete castigó con un triple final que dejaba el definitivo 59-67. Toca remontada en Menorca. No queda otra.