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No caló la iniciativa del club de animar a acudir disfrazados al choque, aunque algún Harry Potter y varias princesas y superheroínas se pudieron ver por la grada del Palacio de los Deportes. Y tampoco el Rioverde Clavijo se pudo vestir de héroe, ni disfrazar ... sus evidentes carencias y ganar un partido que se le puso cuesta arriba desde el inicio y que quedó prácticamente sentenciado en la primera mitad pese a la reacción tras el descanso. Ganó el HLAAlicante por 69-86, dejando en nada la progresión que quería mostrar el conjunto blanquiazul con respecto a la primera jornada liguera, cuando los ayer visitantes mostraron a los riojanos lo que era la LEBOro. Ayer lo volvieron a hacer. A veces, cuando las cosas no van a mejor, irremediablemente va a peor. Y eso pasó ayer sobre la cancha logroñesa.
Las primeras noticias para los aficionados riojanos ya fueron negativas. La ausencia de Andre Norris con serios problemas de espalda que lleva arrastrando desde hace tiempo dejaron a Jenaro Díaz sin una de sus piezas fundamentales de salida.
Y, por si no fuera suficiente, el partido se calentó muy rápido en los primeros instantes con los árbitros de protagonistas, señalando sendas técnicas a Javi Nicolau y al técnico local. Lo aprovecharon los visitantes desde la línea de personal con nueve tiros libres anotados (8-17). Jugaban cómodos los de Antonio Pérez Caínzos, que marcaron la máxima para cerrar el cuarto con un triple de Harris.
Rioverde Clavijo
Moreno (16), De Pablo (6), Nicolau (9), Knudsen (8) y Treviño (6) –cinco inicial–. Urtasun (4), Coffi, Arbosa, Kolo (20) y Torres.
69
-
86
HLA Alicante
Davison (16), Gudmundsson, Rodríguez (11), Kostadinov (14) y Barro (14) –cinco inicial–. Serrano (4), Harris (13), Bercy (6), Balint (9) y Hook.
No fueron mejor las cosas en el segundo periodo. Sin el alero estadounidense, con el sancionado Tamba en la grada y con Nicolau sentado en las filas del Rioverde, los problemas blanquiazules en el ataque eran evidentes, con solo trece puntos en quince minutos, mientras que el Alicante producía con regularidad y mostraba una evidente superioridad en el rebote. Con este panorama, la diferencia se estiró de forma muy preocupante (19-44) y quedaba una segunda parte para el sufrimiento o para una gloria que parecía más una utopía que una realidad según iba el encuentro.
Algo cambió en el vestuario blanquiazul. Apostó Díaz por colocar juntos a Kolo y Nicolau y el choque se animó. El alemán hizo mucho daño y la renta alicantina se redujo hasta una distancia para empezar a soñar (46-56). Alicante, por su parte, mantenía su ventaja gracias a sus buenos porcentajes desde media y larga distancia.
Siete puntos de salida en el cuarto definitivo con un activo Moreno rebajaron la distancia por debajo de la decena con siete minutos por delante (58-67). Un tiempo muerto de Pérez Caínzos frenó a los capitalinos y relanzó a los suyos y dos triples de Kostadinov marcaron una renta que ya se antojaba definitiva. Y así fue, Una antideportiva a Urtasun y otra nueva técnica acabaron por reventar definitivamente un partido (60-78) demasiado marcado por la mala primera mitad de un Rioverde Clavijo que sigue en lo más profundo y al que ni siquiera los resultados de los rivales le ayudan a mantener viva la esperanza de la salvación.
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