El Clavijo no puede competir contra el líder

Y eso que el partido comenzó de cara para el Clavijo, que de inicio y gracias a Alberto Moreno, anotó dos canastas. Pero fue un comienzo engañoso porque a partir de entonces –y solo habían transcurrido 45 segundos– todo fue para el Estudiantes, que puso la quinta y anuló por completo a los hombres de Jenaro Díaz. Con un demoledor parcial de 17-0, el Movistar prácticamente sentenció el encuentro. Quedaban por delante 35 minutos y si el Rioverde no espabilaba se iba a marchar con un serio correctivo del Wizink Center.

La reacción fue más lenta de lo esperada por los riojanos, que no podían detener a Wintering, Nzosa, Carrera y Larsen. No jugaban los riojanos con la misma intensidad que sus rivales, que en cada acción se dejaban la vida para marcharse 28-16 al segundo cuarto, momento en el que el Clavijo empezó a hacer una buena lectura del partido.

Los de Jenaro Díaz saltaron al barro a luchar cada balón. En el camino quedó Michael Carrera con un golpe en la nariz; Arbosa y Nicolau acusaron sendos codazos, Dee se tuvo que marchar a la enfermería por un golpe en el antebrazo (se le dislocó el codo) en un forcejeo con Coffi y el segundo entrenador del Estudiantes a la grada por protestar, y Norris tuvo más que palabras con Wintering.

El partido estaba caliente, muy caliente, y el Rioverde empezó a mejorar sus prestaciones, a pescar en aguas revueltas. De todas maneras, poco podían hacer los hombres de Jenaro Díaz ante la calidad de los madrileños (45-32 al descanso).

Pero tras el paso por los vestuarios la efervescencia bajó y el Estudiantes volvió a coger las riendas del encuentro. El conjunto riojano cometió demasiados errores ante el mejor equipo de la liga, que no perdonó. Los locales volvieron a abrir un hueco importante en el marcador que acabaría siendo la sentencia.

El Clavijo acusó el esfuerzo físico, sobre todo del segundo cuarto, y el Estudiantes exhibió su poder de banquillo rotando a sus jugadores. Wintering, Carrera y Larsen descansaron un poco y fueron Rodríguez, Leimanis y Nzosa los que cogieron el relevo manteniendo las distancias. Pese a todo, el Clavijo, con sus muchas limitaciones, no bajó los brazos y siguió peleando.

Al final, el Movistar ganó por 84-59 para mantenerse en la zona más alta de la tabla clasificatoria. El Clavijo debe lamerse las heridas rápidamente, focalizar los errores cometidos y seguir trabajando para intentar el sueño de la permanencia.