El Clavijo se deja su racha en el primer cuarto

Llegaban al partido Clavijo y Aquimisa Carbajosa con dos dinámicas muy distintas. Cuatro triunfos consecutivos por un lado, tres derrotas seguidas por el otro. Estaba por ver cuál de ellas seguía activa. En el primer cuarto, el que marcó el partido, los papeles de las últimas semanas se intercambiaron. Los logroñeses volvieron a la debilidad defensiva de los primeros duelos de la liga y los salmantinos parecían jugar con la libertad y la soltura de los que van corriendo con el viento ayudando, empujando hacia adelante. Sin embargo, los de Jenaro Díaz lograron remontar 17 puntos y ponerse por delante, pero unos instantes de relajación tras el enorme esfuerzo dio un aire al rival que supo gestionar en el último cuarto para llevarse el partido.

Los salmantinos saltaron a la cancha como un tiro. Apostaron por correr, por las transiciones rápidas y por los lanzamientos exteriores. Con tres triples anotados y mucho acierto (con un Illikainen en estado de gracia -15 puntos en el cuarto inicial- abrieron una primera ventaja importante, mientras que en los locales solo Hampl era capaz de anotar (7-20). Lobo tomó el relevo de su compañero pero la proyección ofensiva de los muchachos de Jesús Gutiérrez, que sacaron oro de las pérdidas locales y los desajustes bajo los aros de los riojanos, se disparaba al final de los 10 minutos (16-33). Tocaba remar mucho contra la corriente.

El minuto en el banquillo sirvió a los riojanos para recordar que la defensa había sido vital para encadenar la racha de victorias. Pese a las sombras ofensivas, con muchos errores en lanzamientos aparentemente sencillos, el Clavijo apretó atrás para dejar a su rival sin anotar durante casi cuatro minutos y restó puntos a la ventaja del Aquimisa Carbajosa. Pero poco se podía recortar sin producir con regularidad en la canasta contraria. Un arreón final, al menos, dejaba la distancia por debajo de la decena al borde del descanso (33-42) pero un triple imposible de Cruz suponía un jarro de agua fría para cerrar el cuarto.

La salida desde los vestuarios se antojaba vital. Si el Clavijo lograba dar con la llave del aro los visitantes podían ver su dominio amenazado y comenzar a recordar la racha negativa con la que habían llegado al Palacio de los Deportes capitalino. Seis puntos de partida de Marín, un triple de Ott, cinco puntos de De Pablo, una canasta de Niang y el choque se dio la vuelta para dar la primera ventaja a los de Jenaro Díaz en 26 minutos (49-47). Este era el grupo de las cuatro victorias consecutivas. Vuelta a empezar pero con el subidón metido en el cuerpo de los logroñeses. Con el partido en la dinámica adecuada, el Clavijo se relajó y acumuló una concatenación de errores que el conjunto salmantino aprovechó para, con diez puntos seguidos, avisar de que no había perdido la cara al partido y darle un respiro muy importante que volvía a obligar a los locales a ponerse el mono de trabajo (53-63). Pero las fuerzas ya estaban justas y, cuando falta el aliento, la cabeza y las manos fallan. Y eso le pasó a los logroñeses en el último cuarto ante un Aquimisa Carbajosa que había guardado fuerzas mientras el rival se dejaba todo en la pista para remontar. Los de Jesús Gutiérrez acabaron llevándose el partido en un quiero y no puedo de los locales por 68-82.