Los nervios traicionan al Clavijo, que cae en la prórroga ante el Caja 87

Y eso que el Clavijo saltó al parqué del Palacio de los Deportes con mucha seriedad, sin frivolidades, todos a una y cada efectivo cumpliendo su rol. No era sencillo ya que delante se presentaba un buen equipo, bien estructurado y con los mismos objetivos que el cuadro riojano. Ninguno de los dos equipos se salió del tiesto en esos primeros diez minutos con Sakhniuk marcando territorio en el interior, bien acompañado de un intenso Hugo Arbosa, cuya trayectoria es ascendente. Así las cosas, con máxima igualdad se consumió el primer cuarto con un despiste final defensivo (20-19).

Fueron los segundos diez minutos los que empezaron a cambiar la historia del partido. De entrada, el Rioverde buscó hacer daño desde el exterior y después de tres intentos fallidos el balón empezó a entrar. Kevin Torres, por partida doble, Querejeta y Miguel de Pablo sumaron sus triples y el Clavijo empezó a despegar. El conjunto andaluz intentó frenar la sangría solicitando dos tiempos muertos, pero nada cambió ya que por entonces el Clavijo dominaba con márgenes de diez y once puntos. Lógicamente los de Ricardo Úriz fallaban canastas pero no se desarmaban, ni mucho menos. El equipo riojano convivía con sus aciertos y errores y al descanso se llegó con un 45-34 favorable a los blanquiazules.

Tras el paso por vestuarios, toda la seriedad mostrada hasta entonces pareció perderse y Ricardo Úriz se vio obligado a frenar el partido para reordenar a los suyos (48-43). Y tuvo que solicitar otro tiempo muerto minutos después, justo cuando el Insolac Caja 87 se metía de lleno en el encuentro. Se alcanzó el último cuarto con la máxima igualdad en el marcador (60-59) y con todo por decidir. Iban a ser los detalles los que acabarían decantando el partido para un lado u otro.

En una montaña rusa, golpeó primero el Insolac con un inspirado Franch. Fallaba demasiado el Rioverde en sus entradas a canastas y necesitó de un triple de Fields para igualar las cosas a trece segundos. Una buena defensa local hizo que las cosas se decidieran en una prórroga en la que los riojanos se mostraron demasiado fallones e inconsistentes y deberán seguir batallando en la lucha por la permanencia.