El Clavijo apela a sus señas de identidad para ganar a un Estudiantes que quiere ser de ACB

Y el Rioverde no pretende esconderse ni salir al parqué del Palacio de los Deportes a pedir autógrafos a los jugadores del conjunto madrileño este mediodía (12.00 horas). Sin Victor Baffuto pero con el regreso de Jenaro Díaz al banquillo blanquiazul después de cumplir su sanción, el bloque riojano quiere salir a por el partido sacando lustre a sus señas de identidad de entrega y esfuerzo. «El equipo está por encima de todo», comentó el viernes el técnico asturiano, que es consciente de que el Movistar es «un equipo top pero es de nuestra liga, tiene que jugar contra nosotros y tenemos que hacerlo lo mejor que podamos».

Para ello, el Clavijo debe minimizar los errores y redoblar el trabajo defensivo, siempre de la mano del público que está acompañando al Rioverde este curso. Un factor que Jenaro Díaz considera imprescindible para ganar puntos en casa.

Llega a tierras riojanas un equipazo liderado por el base Alec Wintering, el hombre más peligroso del bloque madrileño con una media de trece puntos y cuatro asistencias por encuentro. El Movistar Estudiantes, con cuatro triunfos y una solitaria derrota ante el Oviedo, es un equipo completo que hace mucho daño desde el exterior con unos de los mejores tiradores de la liga como Francis Alonso, que se muestra muy seguro en este inicio de curso con una media de 15 puntos y con una eficacia superior al 50% en triples (12/23). Es el máximo anotador del equipo. Otro de los escoltas del conjunto de la capital, Johnny Dee, también cuenta con buenos registros desde afuera.

Alex Murphy es otro de los nombres a vigilar. El finés de 2,06 es uno de los que más minutos suma en el cuadro de Pedro Rivero, cumpliendo funciones de cuatro y de tres, dependiendo del momento del encuentro. El ala-pívot Michael Carrera es otra de las grandes amenazas del Clavijo. El venezolano también se maneja en muy buenos números con 15 puntos de media.

Pero más allá de nombres, el Estudiantes es un equipo con las ideas claras y con un único objetivo entre ceja y ceja: el ascenso. El Rioverde, que llega después de caer en los minutos finales en Cáceres, lo sabe perfectamente. Pero debe olvidarse de esa derrota y plantar cara con sus armas.