Hemos sido un equipo honesto». Defendía Jenaro Díaz en la rueda de prensa posterior a la dura derrota sufrida en Burgos ante el Tizona (110-76) en el último partido de la fase regular de LEB Oro. Es lo que han sostenido siempre el primer ... entrenador del Rioverde Clavijo y su segundo, José Luis Pichel.
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Nadie le ha discutido esa honestidad al equipo blanquiazul en una temporada dura en la que los logroñeses han descendido como colistas con un pobre balance final de cinco victorias en treinta y cuatro jornadas. El Clavijo ha peleado, sobre todo en casa, hasta donde ha podido, y eso se lo han reconocido los rivales y la afición capitalina, que se ha mostrado fiel y animosa hasta el final.
Ahora bien, es evidente que a la plantilla le ha faltado calidad y experiencia para estar a la altura competitiva que exigía una segunda categoría del baloncesto español que ha destacado por un nivel enorme, con plantillas muy potentes y con mucho sabor a ACB. Las notas de la clase blanquiazul no pueden ser positivas y cuentan con unos cuantos suspensos y solo un puñado de aprobados.
Las renovaciones daban continuidad al bloque que tan buena campaña realizó en LEBPlata y los primeros nombres ilusionaban para esa categoría. Sin embargo, la alegría del salto a Oro con algunas apuestas de escaso bagaje en la liga pronto quedó opacada por un juego ofensivo falto de capacidad anotadora por la ausencia de la respuesta deseada de las tres nuevas armas destacadas en este ilusionante proyecto. Alberto Cabrera era el supuesto base titular, capaz de anotar y dirigir. Victor Bafutto, por su parte, debía ser dominante bajo los aros. Ni el canario ni el brasileño cumplieron con su función. Salieron antes de tiempo. David Knudsen, por su parte, tampoco ha cumplido con la vitola de tirador ganada en Albacete.
De los que seguían, solo Javi Nicolau se le adivina un futuro claro sin tener que bajar un escalón. El castellonense ha dado un gran paso y es una de las noticias positivas del Clavijo. Sin embargo, Andre Norris, uno de los jugadores más queridos, se ha mostrado muy irregular y ha estado muy condicionado por su lesión en la espalda.
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Es verdad que los refuerzos llegados avanzada la temporada han sido de gran ayuda. Marc Peñarroya, el último en llegar, ha tenido buenos momentos en la dirección de juego. Yasin Kolo fue el poste grande que necesitaba el equipo, pese a su evidente lentitud frente a pívots más ágiles, y ha completado unos buenos meses en la capital riojana.
Y los hermanos Urtasun merecen capítulo aparte. Eligieron Logroño como su última estación en una brillante carrera deportiva. Aquí han cumplido los cuarenta y aquí han coincidido profesionalmente por vez primera. Un lujo para un equipo como el Clavijo contar ya en su historia con jugadores de la talla de Álex y Txemi. Las lágrimas del primero tras recibir una emocionante ovación en Burgos, con su hermano en el vestuario tras caer lesionado en la rodilla es una de las imágenes más emotivas de una temporada complicada.
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