El Campus Promete logra el triunfo del vértigo

Quería imponer un ritmo alto el técnico local y con esa premisa saltaron sus jugadoras a la pista. Defensa alta e intensa, con mucha presión sobre las bases y limitando las líneas de pase, para recuperar el balón y llegar a la canasta contraria cuanto antes. El Promete mandaba ante un Ensino que pretendía dificultar la salida de balón de las riojanas desde la cancha contraria sin lograrlo aunque, al menos, conseguía mantener la igualdad. Las locales movían bien el balón, encontrando sus opciones tanto por dentro como por fuera, con una actuación muy coral. De hecho, el primer cuarto acabó con ocho canastas locales sin que ninguna jugadora repitiera.

No aguantó el conjunto lucense el ritmo de un rival que, además, mostraba tino ofensivo. Así, de la igualdad a ocho mediado el cuarto inicial se pasó a un contundente 25-10 con un parcial de 15-2 con un afortunado triple a tabla de una recuperada Kovacevic. Se recuperó el cuadro de Miguel Ángel Ortega pero las logroñesas lograron estabilizar la diferencia en torno a la decena de puntos de la mano de una solvente Geldof bajo los aros y de una Estebas muy cómoda a campo abierto. Se llegaba al descanso con un prometedor 38-27. Interesante marcador, mejores sensaciones.

Le costó arrancar al Promete tras el paso por los vestuarios, como si tanto reposo le hubiera bajado las pulsaciones más de lo deseable. El Ensino, un equipo que juega en Europa, sabía que una buena puesta en escena en el regreso le podía meter de lleno en el partido. Se lo recordaba Ortega a sus pupilas cuando se pusieron a siete con cierta rapidez. «El partido es muy largo», se le oyó repetir desde el banquillo visitante.

No encontraba fluidez el Promete y se permitía algunos despistes defensivos poco apropiados. Estaba claro que la alegría de las riojanas estaba íntimamente ligada a la sensación de vértigo, pese al riesgo que eso conllevaba. «Aina, no pares al equipo», gritaba Aneas a su base para insistir en esa necesidad de dinamismo.

Las gallegas, por contra, se mostraban más cómodas en un entorno más controlado, con menos prisas y más elaboración, buscando el juego interior y cargando el rebote de ataque.

Los cinco puntos de renta con los que se llegaban el último cuarto exigían un extra de intensidad, esfuerzo y concentración al Promete. Más todavía cuando el Ensino dejaba al mínimo las bolas extras (53-52). Encontraban buenos tiros las locales pero no hallaban la red visitante. La defensa, al menos, seguía funcionando pero el partido estaba en un suspiro.

El vértigo ahora llegaba al mirar al precipicio que suponía el vacío de perder un partido en el que el rival nunca había ido por delante. Y en ese vértigo surgió la que debía, una Estebas que rompió, entró y anotó. Los árbitros señalaron unos pasos que cuesta entender. Oma empató a falta de cinco segundos. La tuvo Ayuso, pero falló en la entrada con la izquierda. Prórroga. Más vértigo.

Tras 41 minutos, el Ensino logró su primera ventaja. Tampoco había descanso en el tiempo extra. Una gran defensa dejó doce segundos para volver a intentarlo. Esta vez falló Nogic, la mejor local, con la derecha. No daban los corazones ni las piernas para mucho más. Se paró hasta el marcador. Pero sumó más el Promete, en todos los aspectos y se acabó llevando el partido. Fue el triunfo del vértigo.