Triunfo de diez para el Promete

El partido ya empezó raro y con retraso ya que Lozano, Tuhina y Casas, que habían realizado el calentamiento habitual se enteraron pocos minutos antes de que no podían jugar. Muchos diálogos entre cuerpos técnicos y árbitros.

Y, pese a todo el jaleo inicial, las locales entraron con ritmo, bien plantadas y activas atrás e incisivas en el lado contrario. La intensidad en el rebote ofensivo les daba muchas segundas opciones para anotar y les permitía sumar para cerrar el cuarto inicial en ventaja (21-16).

El Cadí estaba muy incómodo ante el excelente comportamiento defensivo del Promete, que además encontraba buenos tiros para llevar la renta a la decena y mantenerla (30-20). Las catalanas intentaban reaccionar buscando a sus interiores pero las de Aneas seguían firmes, valientes y rápidas de piernas y manos. Todas aportaban para irse al descanso en ventaja pese a que las de Bernat Canut comenzaban a encontrar soluciones a las trampas locales (36-32).

Elevó incluso el vigor el Promete tras el tiempo de refresco, con robos constantes y transiciones sin freno. La máxima renta no dejaba de elevarse (52-36). Daba gusto ver a las chicas de Aneas y el grado de desesperación de las amarillas crecía por momentos.

Las logroñesas entraban en el último periodo con un buen saco de puntos que poder gestionar (54-44) y, sobre todo, con unas sensaciones fantásticas. Sin embargo, dos triples consecutivos del Cadí (dentro de un parcial de 2-14) le metió de lleno en el choque.

El partido había cambiado pero el Promete seguía apostando al mismo número y se mantuvo firme en sus convicciones. Con esa confianza y un enorme trabajo, volvió a escaparse (64-52), ya de forma imparable hacia un merecidísimo triunfo, pese a los aprietos finales que metieron el miedo en el cuerpo a la afición local. Un triunfo de diez.