El Bodegas Rioja Vega despide la temporada con una victoria sobre la bocina

El primer cuarto no comenzó de la mejor manera para el Bodegas Rioja Vega: fallo en el tiro de Parrado y, en la siguiente jugada, perdida de balón de Noguerol. Aunque fue algo anecdótico, evidenció que se trataba de un partido sin historia entre un Bodegas Rioja Vega ya salvado y un La Roda descendido. El equipo, que salió con el canterano De Pablo en el cinco inicial, se rehizo gracias a un triple de López y comenzó un partido de ida y vuelta. Un triple de Noguerol supuso una renta de cuatro puntos para los riojanos (18-14), pero una canasta desde la línea de 6,75 metros de Adón dejó patente que La Roda quería despedirse de Leb Plata con victoria. De hecho, el equipo de Albacete consiguió una renta de tres puntos para el segundo periodo (19-22).

Serían Adon (21 puntos) e Iroegbu (20 puntos) los dos hombres que traerían de cabeza a un Clavijo que fue a menos en este segundo cuarto. Nada más comenzar el periodo los visitantes consiguieron ampliar la ventaja a 8 puntos (21-29). Tomó nota Jenaro Díaz y solicitó tiempo muerto para intentar cambiar la dinámica de su equipo. No lo consiguió el asturiano. Una floja defensa logroñesa no supo parar a un equipo más motivado y más acertado de cara a aro. ¿Consecuencia? 13 puntos de ventaja (37-50) para La Roda antes del descanso. El Clavijo debía lograr un cuarto mágico para despedirse ante su afición con una victoria tras una temporada para olvidar.

Y así fue. Capitaneados por Parrado (25 puntos) y Noguerol (12 puntos) el Rioja Vega cambió su juego y apareció otro equipo en este tercer periodo ante un La Roda que había perdido fuelle. Los riojanos se rehicieron aprovechando la caída de su rival y se colocaron a tan solo dos puntos antes del decisivo cuarto (61-63).

El último periodo sirvió para culminar la remontada. Pero no fue, ni mucho menos, coser y cantar. A falta de un minuto para el final del partido apareció Iroegbu para anotar 5 puntos seguidos (77-80). Fue Parrado el culpable de que los riojanos se despidieran de esta temporada con una canasta sobre la bocina. Lo festejó una grada que necesitaba celebrar la permanencia con una victoria.