El Barça sucumbe a la insurrección verde liderada por Brizuela y Perry

Y eso que Mirotic, MVP de la última Copa, compareció en Badalona entonado, dispuesto a demostrar que sus problemas físicos son cosa del pasado liderando a las huestes de Jasikevicius. Sin embargo, este Unicaja es otro, que recuerda a sus tiempos de vino y rosas bajo la dirección de Sergio Scariolo no y al equipo triste de las últimas campañas, aciagas en el Martín Carpena.

El cara a cara de primer nivel se sostuvo durante todo el primer cuarto, pero el conjunto andaluz le perdió el paso a su rival en el segundo parcial. En cuanto entró en juego el banquillo el Barça lo que parecía otra eliminatoria no apta para cardíacos se convirtió en un festival azulgrana. Todos pasaban, todos anotaban en un recital coral, pero el Unicaja, pleno de fe, no había dicho todavía su última palabra. Se agarraron los verdes a la esperanza con un buen papel de Kravish ante las bajas verdes en el juego interior.

Los siete puntos de diferencia al descanso mantenían vivo a un equipo que regresó de la pausa revitalizado por Darío Brizuela, que como ya mostró en el Eurobasket, es un jugador de inspiración absoluta por momentos en los que puede cambiar un partido. El +5 culé a falta del último cuarto dejaba todo en el aire.

La insurrección verde ya estaba declarada de la mano de Kendrick Perry y Brizuela. El desafío iba muy en serio en serio. Con su ventaja reducida a la nada en el último minuto el Barça entró en shock, tanto que incluso el Unicaja tuvo un triple muy lejano de Brizuela para confirmar la debacle azulgrana. No entró y la prórroga ya fue una realidad. El caso es que tampoco en el tiempo extra encontró el Barça la salida al tremendo lío en el que se había metido. Laprovittola tuvo otra igualada en su mano pero erró su primer tiro libre y declaró oficialmente la fiesta del Unicaja en Badalona.