Apagón en el Palacio

Desde el inicio, fueron las que más se jugaban, las tinerfeñas, las que se pusieron antes las pilas sobre la cancha logroñesa. Sin embargo, el primer periodo se escapó a la velocidad del rayo, sin paradas, sin faltas, a la carrera y con un Campus Promete al que no le costó tomar el mando del duelo para controlar el partido con cierta tranquilidad.

Eso sí, el rápido paso de los minutos no quería decir que hubiera la intensidad y el ritmo esperado. De hecho, pese a la fluidez anotadora de las de César Aneas, al choque le faltaba energía competitiva y bien podía asemejarse a un encuentro de pretemporada. Era extraño, ya que para el equipo canario el enfrentamiento en el Palacio era una final trascendental para escapar del descenso.

Aina Ayuso dirigía las operaciones ofensivas de las locales, mientras que Senosiain era la que intentaba despertar la chispa e introducir el picante entre sus compañeras sin demasiado éxito.

Sin excesivo esfuerzo, el Promete se movía entre ventajas cómodas que llegaron a alcanzar la decena de puntos a su favor al poco de comenzar el segundo cuarto (28-18). Daba la impresión de que el conjunto local tenía la capacidad para resquebrajar las posibilidades del Tenerife y quedarse cerca de romper definitivamente el enfrentamiento a su favor. Pero el trabajo defensivo que aparece habitualmente entre las logroñesas no estaba presente en el Palacio de los Deportes. El Campus Promete no encendía el fuego ofensivo desde los sarmientos defensivos. La consecuencia, juego cansino y sin contraataques ni superioridades.

Las visitantes, por su parte, intentaban mantenerse vivas ante un rival que le consentía más de lo acostumbrado a los invitados en el escenario capitalino.

Tanto se acercaron las isleñas tras el descanso que se volvieron a poner por delante ante la pasividad local y la nula productividad en ataque, con solo tres puntos en nueve minutos, siete en todo el cuarto. María Barneda era la única que mostraba el vigor exigible.

El Tenerife tenía el partido donde deseaba y Plaisance (26 puntos y 12 rebotes), la mejor del choque, abría hueco a base de triples ya en el último cuarto (44-50, minuto 32). Pintaban mal las cosas para las de Aneas, sobre todo por la escasa capacidad de reacción que mostraban las logroñesas. Ocho puntos a falta de seis minutos (47-55). Se rozaba el drama.

Y, cuando se temía lo peor, surgió el verdadero Promete. El de la garra, el de la confianza en abanderar causas imposibles. Entre Ayuso y Nogic le dieron la vuelta al marcador en un suspiro. Un triple de la serbia ponía la victoria en manos riojanas (60-59) con poco más de un minuto por delante.

Acertó también Mayombo con el siguiente triple isleño, su única canasta en todo el encuentro. Tuvo la última el Promete. Penetró Nogic, cedió a Kovacevic, que no pudo levantar el balón. Protestaron las locales, pero el triunfo ya estaba en la casilla visitante.