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Iván Benito
Domingo, 10 de septiembre 2023, 17:28
Ganó Alemania, nueva campeona del mundo, por la casta de su juego interior y por el talento de Dennis Schröder (26 puntos), MVP del torneo, y Franz Wagner (19 puntos y 7 rebotes), MVP del partido. Ganó porque hizo valer la continuidad y la química ... del bloque del Eurobasket, rompió el duelo en el tercer cuarto con un parcial de 11-2 y desconectó a la estrella serbia, Bogdan Bogdanovic (17 puntos). Ganó porque fue mejor y porque ha vencido en todos los partidos del torneo. Invictos de oro.
Pero pudo perder porque no tuvo consistencia en el último cuarto ante la orgullosa resistencia de Serbia. Pudo perder por el coraje de Aleksa Avramovic (21 puntos), que dejó el marcador en 78-75 a falta de un minuto y 20 segundos. Y pudo perder porque Guduric tuvo dos oportunidades para darle la vuelta a la final. Un triple liberado en la esquina, que falló, y un triple liberado a 45 grados que no se atrevió a tirar, para acabar realizando un pase que se perdió por línea de fondo. Antes, Schröder, penetró hacia canasta a la velocidad del rayo que lucía otros años en el pelo para anotar la bandeja y finiquitar el título.
El baloncesto de selecciones lleva unos cuantos veranos ratificando que esto de meter canastas es más fácil con un buen equipo que con buenos jugadores. Lo puede constatar Alemania, que siempre figuraba en las quinielas cuando contaba con Dirk Nowitzki, para muchos el mejor jugador europeo de la historia, y no lograba alcanzar las rondas finales. Fue llegar su retirada y la llegada de una nueva generación, la de todos aquellos que un día soñaron ser como la leyenda de los Mavericks, y alzarse con su primer campeonato intercontinental.
Alemania
Schröder (28), Obst (7), Franz Wagner (19), Voigtmann (20), Theis (2) –cinco inicial–; Bonga (7), Moritz Wagner (8), Maodo Lo (-), Thiemann (-) y Giffey (-).
83
-
77
Serbia
Stefan Jovic (3), Bogdanovic (17), Dobric (-), Nikola Jovic (9), Milutinov (2) –cinco inicial–; Avramovic (21), Guduric (4), Davidovac (2), Marinkovic (9) y Petrusev (10).
Parciales: 23-26; 24-21 (47-47, al descanso); 22-10 (69-57) y 14-20. (85-88).
Incidencias: 16.000 espectadores en el Manila Mall Of Asia Arena.
Los germanos, que conquistaron la medalla de bronce en el último Eurobasket tras caer en semifinales en un soberbio partido ante España, culminan la progresión de su baloncesto. Sus dos únicas novedades con respecto al verano pasado en su ya de por sí potente bloque, Moritz Wagner e Isaac Bonga, fueron claves en el tercer cuarto. Los puntos en la pintura del primero y la intimidación del segundo dieron continuidad al trabajo de Schröder y eclipsaron el ataque serbio que con tanta fluidez había anotado en la primera mitad.
La final comenzó vertiginosa a partes iguales. Sin minutos de tanteo, ni miedos ante el escenario, los dos contendientes se lanzaron a un intercambio de canastas con un soberbio juego entre pívots y un excelente acierto exterior. Mientras Schöder y Bodgdanovic labraban la batalla por el MVP, Voigtmann (22 de valoración) y Petrusev comenzaron a mostrar sus elegantes fundamentos.
Tras la reanudación, Alemania apretó las tuercas que le llevaron en volandas hasta la final y se alzó 12 puntos en el marcador (67-55, minuto 29) tras un triple larguísimo de Franz Wagner. Cuestión de orgullo y de errores teutones, Avramovic reenganchó a Serbia a la final tomando los mandos de un ataque demasiado estático y alicaído al que le faltó encontrar un socio para ganar. Pesic no lo encontró y Serbia alarga su maldición desde la extinción de Yugoslavia. Siete finales, siete derrotas.
Pau Gasol fue el encargado de entregar el trofeo a Schröder, capitán alemán. Una imagen simbólica del jugador que dominó el baloncesto FIBA en las dos primeras décadas del siglo XX y el que quiere recoger su testigo. El base de 29 años, de madre gambiana y padre germano, fallecido en 2009, suma diez temporadas en la NBA en cinco franquicias diferentes. En la próxima añadirá una más, Toronto Raptors, con la gloria de ser campeón del mundo.
Canadá se colgó el bronce ante Estados Unidos.El combinado del catalán Jordi Fernández se impuso en una prórroga a la que se llegó con un triple espectacular sobre la bocina de Mikal Bridges tras fallar su propio tiro libre (111-111). El 'Team USA' encadena así dos Copas del Mundo sin tocar metal, algo que no ocurría desde 1970. En sus últimos dos partidos, se han metido 469 puntos y ha perdido los dos, con lo que necesita agregar algo más que ese desbordante talento ofensivo. Por otro lado, el canadiense Dillon Brooks se redimió de todas las críticas recibidas en este Mundial. El controvertido escolta de los Rockets, duro defensor y fiel exponente del 'trash talking', anotó 39 puntos (7 de 8 en triples), récord en un duelo con medalla en juego, en la mejor final de consolación de la historia.
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