Calderón: «Era el momento oportuno para dejar la selección»

«Creo que es el sitio, el momento de dejar la selección, el partido del bronce (en los Juegos Olímpicos de Río) ha sido mi último como jugador de la selección», comenzó el base de Villanueva de la Serena después de una serie de confidencias con Garbajosa. «Era el momento oportuno y adecuado. Hay muchísima gente joven que viene por detrás», argumentó como primer motivo del adiós el base de 34 años que se colgó ocho medallas y acumuló 3.512 minutos con España. «No dejo el baloncesto, sólo la selección», bromeó el jugador de los Lakers para intentar restar tensión. «Quiero concentrarme en la NBA. Me quedan cuatro años. El cuerpo me lo pide», reclamó.

Calderón, siempre franco, trató de no emocionarse con los sucesivos vídeos de despedida o los excompañeros que le arroparon como Carlos Jiménez, pero tuvo que detenerse en su discurso cuando mencionó a su familia, el tercer pilar de su despedida. «La familia también me lo pide», esbozó, pero tuvo que contener las lágrimas y las palabras durante medio minuto. «Lo había hablado con ellos. De qué, cómo, cuándo y dónde», reveló sobre sus planes de despedida antes de los Juegos Olímpicos de Río.

A la hora de elegir la fecha Calderón reconoció que el número de medallas se había aliado con el destino para cerrar su carrera internacional. «Era mi octavo. El número 8. Había que conseguirla», señaló quien suele portar ese número en sus equipos. Campeonatos de Europa, mundiales y Juegos Olímpicos le permitieron colgarse dos oros, cuatro platas y dos bronces en categorías absolutas. No obstante, en mitad de la emoción Calderón supo sacar ese carácter contestatario y directo que le caracteriza. «Muchos se suben y se bajan a los barcos. Si tuviera que quedar con uno de los muchos momentos sería con el Mundial de Japón. Nadie apostaba por nosotros y se ganó. Ese Mundial fue especial», reivindicó el extremeño. «Jugamos mejor juntos cuando las cosas van mal», había lanzado como dardo en su discurso un jugador con un oro europeo sub-18 y un bronce continental sub-20.

La segunda familia

La otra familia también le tocó el corazón. «Echaré de menos las bromas, la música, meterte con este o con el otro. Son muchas horas y momentos buenísimos. Llevamos mucho tiempo juntos y no es fácil. Los voy a echar de menos. Pero podemos ir a casa de cualquier a cenar. Es una minidespedida», explicó después de que Garbajosa le dedicara unas palabras. El ahora presidente de la FEB compartió habitación, equipos y experiencia NBA en los Raptors de Toronto. Aunque todo empezó mucho antes. «Yo estaba entrenando por casualidad en Vitoria cuando te enseñaron por primera vez las instalaciones», rememoró el torrejonero, que ya le ha abierto una puerta en la federación para cuando el base decida acabar su carrera en las pistas. El acta de su debut enmarcado, una fotografía de equipo del siglo XX y una pequeña escultura sirvieron como homenajes materiales.

En su casa institucional José Manuel Calderón se despidió de una experiencia deportiva inigualable. En su extensa carrera saboreó la LEB, la ACB, la NBA y tiene la guinda de los Lakers, pero con España las sensaciones fueron otras. «Nunca estuve en un equipo tanto tiempo. Han sido 14 años. Quizás haya sido por lo concentrado que es todo, que las emociones se multiplican», concedió sobre la selección en la que vio como se sucedían numerosos entrenadores y siempre confiaban en él. Ninguno estuvo presente en su despedida pero todos le reclutaron y alabaron sin excepción desde que sobresalió como organizador del equipo rojo hasta que dio un paso atrás en Río. «Ha sido una referencia, especialmente para los bases», reconoció Sergio Rodríguez, el hombre con más minutos ahora en su posición. «Fue un sueño compartir selección contigo», secundó Ricky Rubio, el otro puntal en su lugar. «Me quedo con este año, que con un rol diferente ha enseñado a ser un líder fuera de la pista», señaló Rudy Fernández en un vídeo que recogió las impresiones de una quincena de excompañeros sobre 'Jarpe', el apodo cariñoso del número 8.

Auténtico, leal y gran baloncestista, José Manuel Calderón se despidió en su casa pasada y futura arropado por varias ovaciones y los guiños de su mujer e hijos a corta distancia. También se separó de la otra, la selección española formada por amigos a los que ya había comunicado anteriormente su decisión y a los que dejó un consejo de veterano: «Es una segunda familia, que va a estar ahí siempre. Hay que intentar que siga así». Y en público confesó el alivio de haber aguantando sin lágrimas la despedida para comunicar sus mensajes: «Me ha salido mejor de lo que esperaba».