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Víctor Soto
Jueves, 7 de julio 2016, 08:41
Borja Arévalo era una de las imágenes de marca del Clavijo. Formado desde los 16 años en el seno de la entidad, ha sido cadete, júnior, ha militado en Plata y se ha hecho grande en Leb Oro. Mientras pasaba horas sudando en el ... gimnasio o en los entrenamientos del Palacio de los Deportes, tenía tiempo, ganas e inteligencia para acabar un grado de Ingeniería Agrícola y, posteriormente, un máster. Era la imagen perfecta, el espejo donde se debían reflejar los canteranos.
Era hasta el martes. Porque Borja Arévalo anunciaba su decisión de abandonar el Clavijo. Con agradecimientos y también reproches. Dolor larvado durante años en los que se ha sentido minusvalorado. La gota que ha colmado el vaso de su paciencia ha sido la oferta de renovación «Me plantearon que era lo máximo a lo que podían llegar, pero por más que aleguen cuál es la situación económica, que la conozco, la realidad es otra. Yo no cuesto ni viajes ni comisión de agente, porque el mío tiene denunciado al club, ni piso ni coche. Sólo por lo que he hecho creo que podían haber dado más», analiza.
La decisión, por lo que asegura, estaba tomada «desde hacía bastante tiempo». «No me han tratado bien durante años, pero ellos [el club] lo han visto de otra manera distinta. Siendo objetivos, con los números en la mano, he sido el mejor base de Leb Oro de la temporada. ¿Qué hubiera ocurrido si en vez de Logroño fuese de Estados Unidos?», se pregunta. «No me voy por dinero, sino por respeto», recalca.
Y es que en la convulsa situación en la que se encuentra el Clavijo, la salida de Borja Arévalo va a generar muchos comentarios, que él quiere atajar. «Es mentira que me vaya por temas económicos. Lo segundo, es mentira que deje el club porque hayan prescindido de los entrenadores de la cantera, aunque son mis amigos y también han sido mis técnicos. Las dos razones no son ni el uno por ciento de los argumentos para irme», clama. «Pero creo que es el momento de dejarlo ahí. Prefiero guardarme lo demás», explica.
El trato parece ser que tampoco ha gustado a Arévalo: «En mi forma de ver las cosas, prefiero que alguien sea un cabrón conmigo que un mentiroso». Con el resentimiento en el zurrón, para el base, que la última temporada ha promediado 8 puntos, 6,6 rebotes y 3,5 asistencias, era «el mejor momento de separar los caminos». «Moralmente, no puedo quedarme más», justifica.
Sin contactos en ACB
Lo que tiene muy claro Borja Arévalo es lo que, a los 25 años, deja atrás. Lo más incierto ahora es el futuro. «Confío en mis posibilidades, pero creo que es complicado entrar en ACB», reflexiona. «Si tengo la opción de fichar por un club de Liga Endesa, lo haré, pero no tengo contactos con ninguno. Intentaré esperar algo que me ilusione, ya sea en Leb Oro o en alguna liga extranjera. Pero de momento no tengo un destino», señala. «De todas formas, aunque no contase con ofertas, prefiero dedicarme a la ingeniería que seguir en el Clavijo», resume «dolido, pero no triste».
Incluso en las redes sociales dejó un recado para los que no han entendido su juego o su compromiso: «Gracias a todos los que os olvidasteis de que era de Logroño y me apoyasteis como a uno más. Gracias también a los que llegasteis incluso a pitarme hace dos años. Espero que este último año estuvierais bien a gusto en vuestra cueva». Un amargo broche para cerrar la historia del último gran jugador de la cantera del Clavijo.
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