Antes del duelo ante el Valladolid, Chema González había disputado su último encuentro en mayo, con el Fuenlabrada de ACB.
BALONCESTO

«Con este dolor no se puede jugar tirando sólo de cabeza»

El madrileño, que no jugaba desde mayo, debutó en Valladolid con el Cocinas.com

Víctor Soto

Jueves, 4 de diciembre 2014, 09:45

Una de las grandes apuestas del Cocinas.com para esta temporada, Chema González, ya es una realidad. El pívot debutó en Valladolid tras un calvario de más de dos meses. Seis puntos, tres rebotes y 19 minutos sobre la pista. Datos fríos para todo lo ... que vivió el madrileño en la jornada del domingo. «Tenía muchas ganas de jugar», explica. «Al principio sentí bastantes nervios porque mi último partido fue en ACB en mayo y jugué diez minutos. Estar sin competir, aunque entrenes, se hace muy duro», incide.

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Un tornillo de ocho centímetros en su pie es el recuerdo que le queda de la fractura de un metatarsiano. De lo que no puede hablar el parte médico es del dolor. «Es algo que se asume como parte del deporte», analiza. «Si quieres ser un jugador profesional tienes que saber jugar con dolor», añade el pívot, de 23 años, pero que ya habla como un veterano.

En Valladolid, Chema González fue en contra de los plazos establecidos por los doctores, que preveían su retorno para el próximo duelo ante el Burgos. «Estaba con muchas ganas y hablé con el entrenador y le pedí jugar. Le dije que me encontraba bien y que no me dolía», asegura con una sonrisa pícara. «Los médicos estaban convencidos de que volvería ante el Burgos, pero al final la decisión fue mía y conseguí debutar», prosigue.

A un jugador que sale de una lesión lo primero que se le pide es que use el cerebro y que evite recaídas. Pero el pívot, que ha sido definido por su entrenador como «un guerrero», reconoce que eso le cuesta. «Yo tiro mucho de corazón porque si lo hiciese sólo con cabeza, con este dolor, no jugaría. Te duele tanto el pie que no puedes seguir. Así que hay que echar mano del corazón para continuar en la pista hasta el pie te diga basta o hasta que acabe el partido», sentencia.

Para él, más duro que sufrir en la pista ha resultado comerse las uñas en el banquillo: «Se pasa muy mal porque no puedes ayudar a tus compañeros. Pero ya estoy de vuelta y feliz».

Ahora, le queda coger tono físico y empezar a disfrutar, que es para lo que llegó cedido del Fuenlabrada, para convertirse en un referente de la Adecco Oro. Por ahora, Chema González reconoce que debe ir mejorando poco a poco. Aunque se pone un plazo claro para recuperar su papel. «En navidades, la semana de descanso trabajaré a tope para, en la segunda vuelta, estar al nivel de cuando llegué a Logroño», promete. Junto a su mejoría, va la del equipo: «Vamos a ver muchas victorias en lo que queda de liga».

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