Terruño local en un cierre de lujo

Después apareció Proelio, tras comprar de una finca emblemática un vaso de medio siglo de de vida. En total, 24 hectáreas en una viña única, a los pies del castillo de Clavijo, desde donde saltaron a la otra ribera del Ebro para buscar grandes viñedos en la Sonsierra y el Najerilla, hasta dar con garnachas centenarias, la base y la clave de Proelio.

A pesar de ser una bodega de nueva creación, son grandes estudiosos de los terruños de Rioja. «Queremos que el consumidor riojano encuentre más diversidad en los vinos de su tierra y se atreva a probar diferentes vinos, estilos y variedades que cohabitan con aquellos más genéricos y clásicos que dotaron de fama a esta tierra», subraya Raúl Tamayo, enólogo de Palacios Vinos de Finca, bodega que cerrará el viernes 22 La Terraza de Diario LA RIOJA.

Así, en El Espolón estarán presentes su Nivarius Finca La Nevera 2017 (96 puntos, Tim Atkin; 93 puntos, en la Lista Parker), elaborado 100% con Maturana Blanca, procedente de viñedos a 800 metros de altitud, ubicados en Nalda y en suelos con predominio arenoso. «Es un vino diferente a todo lo habitual de Rioja», destaca Tamayo, que se cría sobre sus lías durante más de tres años. «Imita, por tanto, a los grandes albariños de guarda, uva cercana a la Maturana Blanca, puesto que comparten la misma madre».

Los presentes podrán degustar también su Proelio Viñedos Viejos 2019 (92 puntos, Lista Parker), fruto de una recopilación de viñedos viejos del Alto Najerilla, zona límite para los tintos de Garnacha, pero que resulta «espectacular en frescura», comenta el enólogo de Palacios Vinos de Finca, que detalla que en su fermentación utilizan «un 20% de raspón» y que se cría en toneles grandes de madera, «donde queremos preservar al vino de la evolución rápida y los sabores a madera que aporta la barrica».

Por último, estará su Proelio Vendimia Seleccionada 2017 (93 puntos, Tim Atkin), «un vino profundo y estructurado», que se sustenta en el Tempranillo de la Sonsierra, la Garnacha del Najerilla y el Graciano de su parcela La Esperilla, que se encuentra a los pies del Castillo de Clavijo. «Un ensamble que rezuma tradición y que se envejece durante más de 18 meses en barrica; un vino completo que se engrandece con el paso del tiempo».