Unas nuevas brasas avivan Fuenmayor

La pasión de Fabián Tofolón por la cocina se remonta a sus años de juventud en Argentina, donde se metió por primera vez detrás de unos fogones. Emigró a España con el sueño de montar un negocio propio, pero antes de embarcarse en la aventura de su vida decidió aprender todo lo necesario de la cocina riojana en restaurantes de la talla del Villa-Lucía, Marqués de Riscal o Eguren Ugarte, entre otros muchos. «Fui cogiendo pequeñas cosas que me gustaban de cada cocina en las que estuve trabajando con la idea de abrir mi propio restaurante en Fuenmayor cuando se diera la oportunidad», relata el cocinero.

Y esa oportunidad llegó hace unos meses cuando Pedro, un amigo suyo, le mostró el local que a día de hoy es el Fuegos y Vinos. «Estaba un poco cansado de hacer bodas y banquetes por lo que cuando vi este restaurante decidimos lanzarnos a la piscina, aunque antes lo debatí con mi familia; el local es muy amplio y tiene un gran asador en el centro de estilo rústico que es una auténtica joya», explica Fabián.

No es para menos la descripción del cocinero, ya que este restaurante dispone de tres diferentes salones en los que se puede atender a casi un centenar de comensales a la vez. Y, sin duda, el asador central se convierte en el protagonista de todas las miradas, sobre todo, cuando Fabián aviva las brasas en directo antes de poner el pescado o la carne a la parrilla. «Hemos tratado, con la disposición del salón, de que la gente pueda ver todo el proceso de asar, desde cortar la pieza hasta servirla», explica.

Una buena parte de la oferta gastronómica del Fuegos y Vinos se basa en el respeto máximo al producto de proximidad con la dorada y la chuleta como buque insignia. La carta se adapta según la temporada y, además de esos platos hechos al momento en la parrilla vista, Fabián ha querido incluir algunas de las recetas del otro lado del charco que habla de sus raíces. «Quisimos que Argentina también estuviera presente en la mesa con platos como las empanadas, el provolone al horno o las mollejas, que están teniendo una acogida sorprendente llegando a desbancar incluso a las clásicas croquetas», comenta entre risas el cocinero.

No obstante, su oferta gastronómica también se asienta en la tradición riojana. «Tenemos platos de cucharada que vamos cambiando todos los días, aunque los caparrones son los que más salen; también cocinamos el bacalao a la riojana confitado, chuletillas de cordero y callos, entre otros platos», enumera Fabián. Esta carta también puede adaptarse a las intolerancias del comensal con elaboraciones y pan sin gluten además de varias propuestas vegetarianas y/o veganas. En cuanto a los postres, todos son de elaboración casera y sus referencias de vinos llegan ya a las veinticinco bodegas de la zona de Rioja y Rioja Alavesa.

Con apenas un mes de rodaje, ya que el restaurante abrió sus puertas el pasado mes de septiembre, Fabián Tofolón se muestra contento con la acogida del público. «Hemos recibido más gente de la que esperábamos y todo el mundo se ha ido con un buen sabor de boca del restaurante, que es lo que queremos; aún nos quedan muchas cosas por hacer y proyectos en mente por realizar como las cenas con maridaje pero debemos ir poco a poco», finaliza el cocinero argentino.