Mesón Cid, metro a metro

La memoria de Domingo Cid está repleta de datos. Metros cuadrados, fechas, número de comensales... Fechas exactas, metros ampliados, inversión realizada. Porque ésta es la historia de un proyecto que desde su inauguración hace ya 25 años no ha parado de crecer porque «todo se ha reinvertido en el negocio», explica el propio Domingo, que junto a su mujer Mari Carmen Guerreros y su hermano Luis Cid han hecho posible el Mesón Cid, un emblema de la gastronomía logroñesa.

«Fue el 27 de abril de 1992», recuerda Domingo. Ése día abrió por primera vez sus puertas el Mesón Cid, que de esa fecha a esta parte ha crecido de forma constante en necesarias ampliaciones, pues ésta es una historia gastronómica ganada metro a metro, día a día. «Teníamos lleno, y ampliábamos para atender a todos nuestros clientes». Y se volvía a llenar, «así que volvíamos a ampliar»... Aquel 27 de abril del 92, el Mesón Cid tenía 157 metros cuadrados, 6 de ellos de cocina. Esta semana, celebrando estos felices 25 años, El Cid llega «a los 1.008 metros cuadrados, de los que 157 son de cocina, y ocupa el lugar de cinco locales que hemos ido comprando poco a poco».

La primera ampliación se inauguró en 1997: 42 metros cuadrados de cocina, además de un nuevo salón. La tercera ampliación, el día de Todos los Santos de 2002: 330 metros cuadrados más para una vinoteca, una lavandería y más espacio para la cocina, además de un amplio comedor. La cuarta, en el año 2011: un comedor más que también son tres reservados, otros 245 metros cuadrados, así como unos vestuarios y mejores cámaras de frío. «Tenemos 9 cámaras de frío. Cada una de ellas es para un tipo de productos: verduras, curado de carnes, pescados frescos, pulpo...», apunta Domingo.

Metro a metro para ganar un presente con mucho futuro. Metro a metro para una historia gastronómica posible donde el factor humano ha sido determinante. «El Papeo se nos quedó pequeño, y quisimos hacer lo mismo en el Mesón Cid pero con la gente sentada», recuerda Domingo. Y apareció Pilar en su cocina. Domingo la califica como «la pionera de la cocina». Apunta que «ella nos enseñó todo sobre el mundo de la gastronomía». Pilar se puso a cocinar algo más que bocadillos y cazuelitas, y los clientes se encargaban de llenar el local. Tocaba ampliar, una y otra vez.

«Pilar nos enseñó todo, y ahora el equipo de cocina está formado por mi hermano y mi mujer, además de Jorge, jefe de cocina, al que también ayudan Oliva y Toñi, que llevan 24 años en El Cid». Nombraría Domingo a «todos los que han pasado por aquí, y a todos los que siguen con nosotros. Porque esto ha sido posible gracias a su trabajo». Metro a metro, 25 años después, el Mesón Cid es una referencia en Logroño, por su gastronomía de producto fresco, atención cercana y ambiente familiar.