El lugar más dulce de la San Juan

Papín nace del sueño de un joven pastelero que se recorrió medio mundo descubriendo nuevas técnicas y sabores con las que impresionar a los paladares riojanos. Después de varios años en el extranjero como jefe de pastelería en establecimientos de lujo, Paco Álvarez decidió tirarse a la piscina y crear un proyecto que llevaba en su cabeza desde su andadura como estudiante en la Escuela de Hostelería de Santo Domingo.

El amor por su oficio le hizo salir fuera de España y el amor por su tierra propició su vuelta a Logroño donde llegaría con un objetivo claro: proponer un espacio para la pastelería fina y hacerlo con los estándares de alta calidad de los mejores obradores del mundo. Así nació Papín, una pastelería artesana moderna donde se prima la calidad y la singularidad de los productos y bebidas elaborados íntegramente en su local de la calle San Juan de la capital.

«Queríamos hacer algo diferente. Nadie había tenido la idea de poner un bar de pinchos dulces así que decidimos crearlo nosotros mismos. Pese a llevar abiertos apenas un año, estamos teniendo una enorme acogida tanto por parte de los riojanos como por parte de los turistas que se acercan a la comunidad», explica su propietario, Paco Álvarez.

El éxito de Papín radica en la alta calidad de las materias primas utilizadas prescindiendo de productos preelaborados o congelados así como de aditivos químicos que alarguen la fecha de consumo. Tal es su compromiso con la composición de sus dulces que todo aquel que pase por el establecimiento podrá ver con sus propios ojos cómo trabajan los pasteleros gracias a una cristalera de cuatro metros que muestra los entresijos del obrador de la pastelería. «La transparencia con nuestros clientes es algo fundamental, por ello quisimos abrir el corazón de la pastelería para que el cliente vea cómo y con qué trabajamos», relata el dueño de Papín.

Y como cualquier bar de pinchos que se precie, los dulces pueden ser maridados con singulares y especiales bebidas tanto hechas por la casa como de bodegas de la región. Así es, en Papín también se puede brindar con vino, vermú o cava así como su zurracapote casero. También habrá un lugar especialmente dedicado para los amantes del café con su grano molido en una cafetera de Bilbao. «Valoramos mucho la calidad de nuestros productos, que sean de kilómetro 0 y que sigan la misma filosofía que nosotros», finaliza Paco Álvarez.

Papín se convierte en el perfecto bar de pinchos con el que terminar de la manera más dulce una ronda por la calle San Juan.