Humus de boniato

Destaca principalmente por los carbohidratos complejos, nutrientes que aportan gran cantidad de energía, pero se metabolizan lentamente, por lo que esta energía se libera lentamente y proporciona glucosa en sangre de manera gradual, evitando picos de glucemia. Es un alimento bajo en grasas por lo que puede ser consumido en una dieta saludable tanto en caso de diabetes como de restricción de grasas como en caso de hipercolesterolemia o mala absorción de este nutriente.

Una de las principales características desde el punto de vista nutricional, es su contenido en fibra, esencial para un buen funcionamiento del tránsito intestinal. Este tipo de fibra, además, favorece el equilibrio de la flora intestinal y ejerce un impacto positivo en todo el sistema inmunológico. Aporta vitamina A, en forma de betacaroteno, un potente antioxidante que contribuye a la salud visual y a la protección contra el daño celular. Otro antioxidante presente en el boniato es la antocianina, que ayuda a reducir la inflamación.

También aporta vitamina C, que no solo fortalece el sistema inmunológico, sino que también participa en la síntesis de colágeno, mejorando la salud de la piel y facilitando la cicatrización de heridas y la vitamina B6, que desempeña un papel fundamental en el metabolismo de proteínas y grasas, y en el funcionamiento adecuado del sistema nervioso, contribuyendo a la regulación del estado de ánimo y la prevención de ciertos trastornos cognitivos.

En cuanto a su contenido en minerales, destacan el potasio (regula la tensión arterial y los niveles de sodio), el manganeso (interviene en la formación de los huesos y en la conversión de nutrientes a energía) y en menor medida el hierro y el magnesio.

Por su sabor dulce, sobre todo los de color anaranjado, es un excelente ingrediente para elaborar postres, ya que podemos sustituir el azúcar por boniato y convertir la receta en un plato más saludable, además de aportar una textura cremosa al plato.