Tiempo de preparación
15-20 minutos
Comensales
4
Categorías
Legumbre
1 kg. de habas frescas pequeñas
100 gramos de jamón
1 cebolla
1 ajo
Aceite de oliva virgen extraSal
Para iniciar la receta se empieza por desenvainar las habas y limpiar. Si son pequeñas no es necesario, pero si son grandes conviene cocerlas en agua hirviendo durante apenas un minuto para ablandarlas un poco. Se pica finamente y se pocha la cebolla y el ajo. Una vez que la cebolla esté transparente, se debe añadir el jamón cortado en taquitos y para sofreírlo ligeramente.
Se añaden las habas previamente peladas y se cocinan hasta que se pongan tiernas. Si fuera necesario, se añade un poco de agua.Se rectifica de sal y se sirve.
Se pueden elaborar también con huevo cocido picado o gambas, champiñones…
A menudo este alimento, que forma parte del grupo de las legumbres, pasa desapercibido si lo comparamos con el resto de leguminosas más populares. Sin embargo, sus propiedades nutricionales merecen un hueco en nuestra mesa.
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Tienen un sabor terroso muy característico, al igual que su ... textura, características organolépticas que hacen que puedas amar u odiar las habas a partes iguales.
Las habas son una excelente fuente de proteínas, lo que las convierte en un alimento muy completo para personas que siguen una dieta vegetariana. Su contenido proteico es similar al de los garbanzos o alubias e incluso mayor al de las lentejas.
En cuanto a su contenido en vitaminas destaca el ácido fólico, indispensable para el desarrollo neural y el funcionamiento del sistema nervioso, y si nos fijamos en el aporte de minerales, los más abundantes son el hierro, magnesio, zinq o fósforo. También destaca su cantidad de fibra (es la legumbre con mayor aporte) y favorece el tránsito intestinal ayudando a regular los niveles de azúcar y colesterol en sangre.
Las habas contienen una notable cantidad de antioxidantes, sustancias que ayudan a combatir la oxidación de los radicales libres, reduciendo el riesgo de padecer ciertas enfermedades crónicas como diabetes, cardiopatías o incluso algunos tipos de cáncer.
Todas sus variedades son similares en cuanto a su contenido nutricional, aunque si consumimos las habas frescas, de temporada, el sabor y su textura son mucho más agradables al paladar.
Las podemos cocinar de muchas maneras, combinadas con otras verduras, como guarnición de una carne o pescado, en un revuelto con huevos, salteadas o en crema o simplemente cocidas y con especias a modo de picoteo o entrante.
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Como todas las legumbres, su inconveniente es que a veces pueden resultar un poco indigestas y hay personas que tras ingerirlas sufren hinchazón, molestias intestinales... Podrían probarse alternativas como consumirlas sin piel (pasadas por el pasapurés) o germinadas, ya que se toleran mejor a la hora de digerirlas.
Un plato de habas salteadas, combinadas con jamón o huevo cocido, y acompañadas de una ensalada, es una excelente fuente de nutrientes.
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