Hoy les voy a contar una historieta que espero les guste y les instruya sobre cómo se hace la investigación sobre las virtudes de los alimentos que, en muchos casos como este que les cuento, suelen ser inesperadas. Hace unos veinte años, una directiva de ... la Unión Europea exigió a los países que producían alimentos ahumados a que demostraran su inocuidad para la salud. La Junta de Extremadura subvencionó al equipo de investigación que yo dirigía el estudio del único alimento ahumado que se producía en Extremadura, el pimentón de La Vera.

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Los participantes eran alumnos de la facultad de medicina que comían a medio día un menú elaborado en la cafetería de la facultad. Este menú siempre incluía una pieza de embutido de cien gramos elaborado en una carnicería de Badajoz. Unos chorizos se elaboraban con pimentón de La Vera y otros con un pimentón no ahumado, de Alicante. Durante un mes antes de las vacaciones de Semana Santa, cada grupo de alumnos comió un menú con un pimentón u otro. Luego hicieron un descanso durante los días de vacaciones (en la jerga investigadora se le llama periodo de lavado) y de regreso continuaron otro mes, pero esta vez cada grupo cambió de tipo de pimentón.

Ya se imaginarán que hubo tiros por apuntarse a un estudio que les daba de comer gratis y rico durante dos meses. A todos se les hizo un montón de análisis en el hospital universitario, antes y después de cada tanda de comidas. Los resultados mostraron que no solo no se producía ningún efecto negativo para la salud con el pimentón ahumado, sino que el pimentón de La Vera presentaba dos propiedades extraordinarias. Una era compartida por ambos tipos de pimentón: bajaban las cifras de colesterol en todos los sujetos a pesar de que esta gente joven ya tenía los colesteroles bajos de por sí, y que se le había sometido a una dieta que incluía diariamente cien gramos de chorizo.

En efecto una de las propiedades de cualquier pimentón es que baja el colesterol. Hagan la prueba, tomen cada día media cucharadita de pimentón añadido a cada guiso o espolvoreado sobre una tostada con aceite. Pero el gran hallazgo, exclusivo del pimentón de La Vera, se refería a su extraordinario poder antioxidante. Todos los parámetros relacionados con radicales libres y oxidación se reducían con el pimentón.

Dada la importancia del hallazgo y, a pesar de que ya habíamos cumplido con lo demandado por Europa, la Junta de Extremadura amplió su ayuda para investigar este asunto. En colaboración con un laboratorio valenciano, que hacía análisis genéticos, pudimos demostrar que el efecto antioxidante del pimentón estaba asociado al proceso de ahumado utilizado en su elaboración y que, además, se ejercía porque el consumo de pimentón aumentaba los niveles de enzimas antioxidantes en nuestras células. ¡El pimentón ahumado estimulaba a los genes a fabricar enzimas antioxidantes! Hicimos las oportunas publicaciones científicas ya que las propiedades antirradicales libres y los mecanismos antioxidantes del pimentón ahumado eran extraordinarios.

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