Guía Repsol: cien referencias riojanas

En la antesala de los Soles se sitúan los restaurantes 'Recomendados', aquellos establecimientos «donde la calidez se contagia y la cocina con corazón se siente en platos y tapas. Ese restaurante en el que la fidelidad de la clientela y el producto sincero presagian una grata experiencia que se complementa con una oferta de vinos sencilla pero adecuada».

En esa categoría han entrado este año restaurantes como el Mesón Egüés, Sabores o La Chispa Adecuada en Logroño, además de algunos más repartidos por la geografía regional: Allegar (Briones), Coliceo 29 (Calahorra), Los Caballeros (Santo Domingo de la Calzada), Morro Tanto (Alfaro) o Los Caños (Haro). Con estas incorporaciones son ya 29 los establecimientos riojanos que se sitúan muy cerca de los 'Soles'.

En general, son restaurantes que cultivan la cocina tradicional, no siempre adecuadamente valorada por la Guía Michelin, de ahí que el volumen español cuente con un número mucho mayor de restaurantes referenciados que la Guía roja más internacional, donde –además– junto a los criterios culinarios también tienen mucho peso otros aspectos como el escenario, la vajilla, la cubertería o 'la puesta en escena'.

La Guía Repsol de este año 2024 pone además de manifiesto otra tendencia, que también comparte con la Michelin: La Rioja Alta cuenta con más restaurantes referenciados que La Rioja Baja.

La ahora también denominada Rioja Oriental solo cuenta con un restaurante 'soleado' es La Posada del Laurel que, en Préjano, comanda Dámaso Navajas. Sin embargo, en La Rioja Alta figuran El Portal de Echaurren, Nublo, Alameda, Echaurren Tradición, Casa Masip, Lumbre y La Vieja Bodega.

También entre los 'Recomendados', La Rioja Baja tiene una escasa presencia junto a las dos novedades de este año (Morro Tango y Coliceo 29) solo figuraban dos clásicos arnedanos Virrey y Sopitas.

No se han actualizado ahora, porque se hace trimestralmente y marcando su carácter estacional, la Guía Repsol señala también con Soletes establecimientos que tienen un atractivo especial. No lo limita únicamente a restaurantes sino que también incluye bares, cafeterías, vinotecas, terrazas... eso permite, por ejemplo, que se puedan encontrar referencias riojanas como La Mielería de Ventosa, que en una curiosa terraza –a pocos metros de unas colmenas– sirve hidromiel; o un espacio como la heladería Della Sera, que tiene cabida en todas las guías de la capital riojana, pero que además también encuentra su espacio en una gastronómica como la Guía Repsol; incluso una panadería como Horno Arguiñano que elabora cada madrugada varias decenas de panes diferentes, junto a repostería tradicional. Son locales indispensables para los amantes del buen comer, donde casi siempre se salvaguarda la tradición gastronómica y el producto más autóctono.