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Este martes, la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia acogerá la gala de entrega de las estrellas Michelin. Con la actriz Ana Millán como maestra de ceremonias los grandes chefs de este país se enfrentarán al veredicto de los inspectores con los mismos nervios con los que los estudiantes esperan las notas de final de curso.
A priori, no cabe esperar grandes cambios en el panorama gastronómico riojano. Las dos Estrellas de El Portal de Francis Paniego –que también puede presumir de otra en Marqués de Riscal–, y las que lucen de forma unitaria los hermanos Echapresto (Venta Moncalvillo), Félix Jiménez (Kiro Sushi) e, Iñaki Murúa y Carolina Sánchez (Íkaro) no deberían estar en peligro, aunque a la 'guía roja' para lo bueno y para lo malo le gustan las sorpresas.
Tampoco parece probable que se amplíe el firmamento riojano aunque hay hombres que aparecen en algunas quinielas locales. De forma recurrente lo hace Juan Carlos Ferrando con su restaurante logroñés, pero hasta ahora los inspectores de Michelín han sido menos agradecidos con él que los de la Guía Repsol. También se ha comenzado a oír el nombre del restaurante jarrero Nublo, pero más parece una opción a futuro para un restaurante con solo algunos meses de vida.
Para lo que sí existen posibilidades reales es para que Venta Moncalvillo sume a su estrella Michelín, la Estrella Verde de la sostenibilidad.
El año pasado, la guía más importante del mundo introdujo un nuevo distintivo en sus galardones. Según explica la propia guía, la Estrella Verde «destaca los restaurantes más punteros en lo que a prácticas sostenibles se refiere. Al proponer una experiencia gastronómica que reúne excelencia y ecorresponsabilidad, estos establecimientos están dando forma a un modelo de gastronomía alternativo y especialmente ético». Pocos restaurantes pueden encajar en esa definición como el que regentan los hermanos Echapresto en Daroca de Rioja. Ellos llevan su modelo sostenible al plato, con una cocina de kilómetro cero entendida casi de forma radical porque buena parte de la materia prima para sus elaboraciones la encuentran en su huerto o en pequeños productores y elaboradores de Moncalvillo o su entorno.
Al margen del requisito de la sostenibilidad, la Guía Michelin solo exige para poder optar a la Estrella Verde, es estar presente en la Guía Roja en alguna de sus diferentes categorías (Estrellas, Bib Gourmand o Recomendados), requisito que Venta Moncalvillo cumple desde hace bastantes años.
En el firmamento nacional, una de las grandes dudas está en si Andoni Luis Aduriz tendrá que recoger dos o tres estrellas para Mugaritz. Todos los años es candidato al triestrellato, pero –hasta ahora– siempre se ha quedado en dos estrellas, aunque siempre suena para dar el salto.
Este año, más que nunca, también entra en esa carrera el chef valenciano Ricard Camarena. Juega en casa –la gala se celebra en la capital levantina– y consiguió su primera estrella para Arrop, en Gandía, en 2007 y en 2019 el restaurante valenciano que lleva su nombre consiguió la segunda, pero ahora aspira a subir un peldaño más arriba.
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