La calidad y el respeto al producto son dos de los pilares en los que se asienta La Rosaleda 1946. En el corazón del Paseo del Espolón de Logroño, este restaurante lleva más de un año llenando el estómago de autóctonos y foráneos con una interesante oferta gastronómica creada a mimo por su cocinero Miguel Hidalgo Rodríguez Osorio. Además de esto, La Roselada cuenta con una amplia terraza en el exterior del local en la que el comensal puede disfrutar de una refrescante cerveza o tomarse un café así como degustar los muchos y apetitosos platos de su carta.
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La Rosaleda 1946 empieza a funcionar temprano, a la hora del desayuno. Desde las 9.00 hasta las 12.00 horas, el establecimiento logroñés ofrece opciones para todos los gustos. Así, el cliente puede optar por elaboraciones más tradicionales como la tostada de mantequilla o de tomate y aceite; o por platos más elaborados como los huevos Benedictinos, holandesa y lomo ibérico.
Tras el desayuno, La Roselada 1946 empieza a funcionar con su carta de terraza que se asienta, sobre todo, en el picoteo. Un vermú diferente gracias a las muchas influencias de las que emanan las elaboraciones de su cocinero. «He estado nueve años viviendo en México y mi familia es andaluza de ahí que en la carta haya platos con influencias a otras culturas», relata Miguel. Es por ello que dentro de la carta hay una gran variedad de tacos, guacamoles, aguachiles y ostras así como los calamares a la andaluza o el bacalao frito en adobo que emula al plato típico de cazón del sur de España.
Además de estas elaboraciones, La Rosaleda 1941 ofrece un gran surtido de platos en los que el producto se convierte en el centro de todo. Así, en la terraza se ofrecen las raciones de jamón ibérico, un surtido de quesos, un pulpo zarandeado, la burrata de búfala, gambas de huelva, berberechos de temporada, navajas... entre otras muchas opciones.
«Las posibilidades que nos da la terraza tanto a la hora de las comidas y de las cenas –que sirven los jueves, viernes y sábados– son muy grandes ya que el cliente puede pedir tanto unas raciones para picotear como algunos de los platos más elaborados que realizamos dentro del restaurante como la chuleta, la ventresca de atún o el bogavante», explica el cocinero del establecimiento logroñés.
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Además de todo esto, el restaurante situado en el centro de Logroño tiene una gran oferta de postres, todos elaborados en la casa, para los más golosos como pueden ser el ferrero de chocolate con bizcocho de avellana, el flan cremoso con helado de vainilla o el coulant de cacahuete hecho al momento.
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