Eneko Atxa amplía su presencia en el mundo

Eneko Atxa, el cocinero cinco estrellas nacido en Amorebieta (1977), prosigue con la expansión de su personalísimo estilo de cocina. A finales de septiembre abrirá un nuevo restaurante Basque en el Magdalena Plaza Sevilla, de la cadena Radisson Hotel Group, con quienes ha suscrito un acuerdo de colaboración en este mítico rincón sevillano, con una terraza en la azotea bautizada como Justa Rufina. «Serviremos unas quisquillas al ajillo en frío con aceite de hierbas, tostas crujientes de ibéricos, brioches de salazones, rodaballos al carbón... Se trata de compartir sabores y de disfrutar», se ilusiona el chef que suma tres estrellas en Azurmendi, una más en Eneko Larrabetzu y otra conquistada en 2020 para su Eneko Lisboa.

Asímismo, en octubre de este año se inaugurará otro flamante Basque dirigido por Eneko Atxa nada menos que en la Grand Place de Bruselas. Eneko y su equipo trabajarán en un edificio singular. Con 282 habitaciones y espacios públicos, este cinco estrellas lujo ha sido rediseñado por el estudio de Rafael de La Hoz (Real Madrid Arena, Comité Olímpico Español, Fundación Antonio Gala...).

El año próximo, Eneko Atxa volverá con ímpetu a Bilbao y con ganas de resarcirse tras el cierre por la pandemia de su Eneko, en el Palacio Euskalduna. Atxa retorna a un local ubicado en el nuevo hotel Radisson cinco estrellas de 137 habitaciones (el antiguo edifico del Banco Santander de la Gran Vía, diseñado en 1950 por Miguel Galíndez), frente a El Corte Inglés. Se tratará, adelanta Atxa, de un restaurante donde confluyan la cocina vasca y japonesa y en cuyo nombre se utilizarán los fonemas que componen el nombre de Eneko, y con sonoridad oriental.

«Vamos a fusionar lo nuestro, lo local, con la gastronomía japonesa. Ya tenemos platos como un ramen de vizcaína, sashimis y nigiris con mojos vascos, un 'enfrentamiento' entre carne de Wagyu y nuestras chuletas... He dedicado todos estos meses a pensar, a construir nuestro concepto y darle forma... Vivo cada día con una ilusión terrible, disfrutando más del camino que del destino», reflexiona Atxa.

Ese mismo concepto de restaurante de fusión vasco japonesa se trasladará también a Madrid bajo el paraguas de la cadena Radisson Hotel Group. Recordamos la visita en 2008 al primer Azurmendi de Yoshihiro Murata, presidente de la Academia de Cocina Japonesa y cicerone de Adrià en Japón, y la profunda impresión e influencia que ejerce en Atxa la gastronomía nipona. «Somos buenos amigos. Murata es un referente de la cocina kaiseki («menús repletos de códigos ocultos y condicionantes formales. La primitiva cocina kaiseki comenzó en el siglo XIII vinculada a las ceremonias del té», la describe la cocinera japonesa Yoko Hasei de Leclab). A nosotros allí nos dicen que poseemos un halo, una cierta espiritualidad de aire japonés: los preámbulos, la ceremonia de preparar la mesas, nuestro modo de compartir... Soy un apasionado. Además, la belleza es un ingrediente más en cada plato. Nada de esto sería posible sin mi equipo, sin las personas que en cada lugar están al frente del día a día, sin Matteo Manzini ni Pilar Lojero, que me ayudan a desarrollar los platos. O Elena Álvarez de Arcaya, de Mosel, que entiende mis bocetos e ideas para las vajillas», recuerda Atxa.

Estas nuevas aperturas vienen a sumarse a la paleta de restaurantes que presentan los colores y los sabores de Eneko Atxa por el mundo: así, junto al Basque de Karuizawa (en las montañas al norte de Nagano y a unas tres horas de Tokio) están los Eneko («un escalón más alto en complejidad», asegura Benjamín Lana, presidente de la División de Gastronomía del Grupo Vocento), abiertos en Londres, Tokio, Lisboa y en Larrabetzu donde alumbró el primer Azurmendi.

En breve, un total de diez locales en dos continentes llevarán lo mejor del universo de Eneko Atxa al mundo.

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