Secciones
Servicios
Destacamos
KIKE BORBA
Sábado, 15 de mayo 2021, 02:00
La pandemia y las diferentes restricciones para combatir el COVID19 han provocado el desarrollo de los servicios digitales en todos los sectores. Los expertos coinciden en que el confinamiento, la adaptación al trabajo desde casa y la educación online han colaborado en dar un salto exponencial en lo que refiere a los cambios de hábitos y modos de consumo.
La hostelería, uno de los sectores más afectados por la pandemia, se sumó a esa revolución con la esperanza de encontrar una alternativa al golpe provocado por el confinamiento, las restricciones a la movilidad, los cierres y la limitación de aforo que los gobiernos decretaron para contener la propagación del virus.
Quizá una de las transformaciones más grandes sean las llamadas 'dark kitchen' o cocinas fantasma. Las 'dark kitchen' son establecimientos con cocinas en alquiler, específicamente creados para brindar soporte a restaurantes y a todo aquel que quiera vender comida. Eso sí, los platos son diseñados exclusivamente para su entrega a domicilio. Por ello, las cocinas fantasma se asocian a plataformas de delivery (mensajería) como Glovo, Uber Eats, Just Eats o Deliveroo y son sus riders (o mensajeros) los que recogen la comida y la llevan a casa del cliente en cuestión de minutos.
De esta forma, las 'dark kitchen' le permiten a los bares y restaurantes contar con un espacio donde cocinar sus menús a un bajo coste: el alquiler de una cocina –que usualmente ya incluye los gastos y permisos asociados para operar–. Luego realizan un acuerdo con las empresas de 'delivery' y voilá, tenemos un negocio hostelero de baja inversión y seguro –ya que nunca se prohibió la elaboración y entrega de alimentos a domicilio–.
Si bien el fenómeno de las 'dark kitchen' ya comenzaba a surgir antes de 2020 de la mano de empresarios que veían un modelo interesante de negocio, fue la pandemia la que les dio un impulso exponencial permitiendo no solo alojar a bares y restaurantes que veían más rentable alquilar una cocina que abrir sus negocios si no porque le brindó estructura a cientos de cocineros emprendedores que no contaban con el capital para abrir un local pero sí para alquilar una cocina dando nacimiento a los llamados 'restaurantes virtuales' o virtual brands. Por último, las cocinas fantasma también encontraron una oportunidad de crecimiento brindándole presencia a marcas de restaurantes mundialmente conocidas como el estadounidense 'Tony Roma's', llevando sus reconocidas costillas asadas desde Miami a cualquier rincón de España.
Sin embargo, estos beneficios no son celebrados por todos. A diferencia de los centros de distribución de mercadería, que suelen encontrarse en naves a las afueras de la ciudad, las 'dark kitchen' se establecen en zonas céntricas y residenciales con alta demanda de pedidos online. De esta forma aceleran la distribución del envío asegurando la entrega de sus platos en tiempo y forma.
Por otro lado, para que sea un negocio rentable, las cocinas fantasma suelen tener entre cinco y veinte cocinas lo que obliga a los desarrolladores a realizar una importante obra: instalaciones eléctricas y de gas, grandes chimeneas, espacios para la entrada y salida de las bicicletas o motocicletas de los riders. Todo ello en zonas residenciales no previstas para ese tipo de negocio.
Y como si fuera poco, por su novedad, no existe una regulación clara en torno a este tipo de establecimientos por lo que, tanto los permisos de obra como los permisos para operar navegan a la deriva entre vacíos legales. No son catalogados como restaurantes ni como centros de distribución de mercadería; preparan comida, pero no atienden al público; no cuentan con mesas ni aforo; tampoco emplean camareros ni generan un valor inmobiliario extra para los vecinos.
A estos inconvenientes se le suman los casos de prácticas abusivas de empresarios internacionales que, asociándose con propietarios o comprando edificios enteros en barrios residenciales, los transforman en 'macro cocinas' con más de treinta fuegos industriales y mega chimeneas en el pulmón de manzana provocando la preocupación y malestar de los vecinos.
Esto ha llevado a que diferentes asociaciones se quejaran a los gobiernos por el ruido y los olores que producen las 'dark kitchen', así como el peligroso tráfico que generan los riders que recogen o esperan cada pedido. Incluso propietarios de bares y restaurantes, que se inclinan por el modelo de negocio tradicional, lo ven como una competencia desleal que puede terminar afectando gravemente a todo el sector hostelero.
Ante el crecimiento de establecimientos y la avalancha de reclamos, ciudades como Barcelona ya suspendieron este tipo de negocios y prometen regularlo a la brevedad.
La polémica está servida y los intereses de empresarios, hosteleros, mensajeros, clientes y vecinos se encuentran en una tensión que las autoridades y el mercado deberán resolver.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Valdecilla agota las plazas MIR de Anestesia y de Ginecología
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.