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Tiempo total
20 minutos
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4
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Postre
10 mandarinas, 80 gramos de azúcar o eritritol, 1 cucharada de maizena, 7 yemas de huevo y hierbabuena
Se calienta al fuego ligeramente el zumo de 10 mandarinas junto con la ralladura de la piel de dos de ellas. En un bol se mezcla la maizena (harina fino de maíz) con las yemas y el azúcar o edulcorante. A continuación, se echa en el bol donde ya está la maizena, las yemas y el azúcar parte del zumo caliente y se disuelve hasta que no quede ningún grumo. En el siguiente paso se vuelca la mezcla sobre el resto del zumo y se vuelve a poner a fuego suave sin parar de remover hasta que espese ligeramente. No se debe hacer una cocción excesiva o la mezcla sabrá a huevo cocido. Una vez espesa la crema, se reparte en vasitos, se enfría en el frigorífico (o a temperatura ambiente, pero tardará más) y a la hora de comer, se decora con hojas de hierbabuena por encima.
INGREDIENTES Para cuatro personas
ELABORACIÓN
Las mandarinas son frutas de invierno que nos traen, en esta época de menos variedad, una explosión de sabor y frescura. Perteneciente al grupo de ... los cítricos, es fácil de consumir, de transportar, de pelar... así que no hay excusas para comerla fácilmente y en cualquier lugar.
A nivel nutricional, es una buena fuente de energía, ya que predominan en su composición los hidratos de carbono, azúcares naturales y para nada nocivos, como puede llegar a pensarse (se demonizan las frutas por su contenido en azúcar pero la fructosa de la fruta está naturalmente presente y es saludable)
Su aporte calórico es muy bajo, debido a la gran cantidad de agua que aporta. Estas dos particularidades la convierten en un alimento ideal para dietas hipocalóricas, de control de peso y para aportar un extra de hidratación, en una época –los meses más fríos del año– en la que cuesta más beber agua.
Las mandarinas son ricas en fibra dietética, un nutriente lo que favorece un buen estado de salud general y digestivo en particular. La fibra ayuda a prevenir el estreñimiento y promueve la regularidad intestinal. También contribuye a mantener niveles de azúcar en sangre y aporta saciedad.
Si hay un nutriente característico de esta fruta y de los cítricos en general, es la vitamina C, un potente antioxidante, que además nos protege de diversas enfermedades. La vitamina C favorece la absorción del hierro no hemo (hierro presente en los alimentos vegetales) por lo que si tras un plato de lentejas, comemos mandarinas de postre, ayudaremos a absorber el hierro procedente de las lentejas.
No solo la vitamina C es protagonista en este alimento, también la vitamina A, el ácido fólico o la vitamina B6, que ayuda a fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Tiene características nutricionales similares a la naranja, con algo menos de vitamina C pero un mayor contenido de vitamina B6.
Es un excelente momento para consumir mandarinas, que nos ayudarán a aportar numerosos beneficios a nuestra salud, las podemos encontrar a gusto de todos, ya que tenemos variedades más dulces y otras más ácidas, y las podemos comer enteras como simple pieza de fruta o incluirlas en elaboraciones de carnes, de ensaladas o de postres, dando sabor a bizcochos, cremas o galletas.
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