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M. ANGÉLICA TRONCOSO
Sábado, 20 de febrero 2021
Al igual que el coronavirus está haciendo en nuestros días, la gripe española azotó con fuerza Brasil hace un siglo. Por aquel entonces, la Caipirinha, el cóctel más famoso del país, fue considerado un potente remedio para enfrentar la temida enfermedad que procedía de Europa y dejaba a su paso una elevada tasa de mortalidad.
En aquella época una bebida popular compuesta por miel, ajo y limón era usada para combatir la gripe común, pero en el año 1918, con la llegada al país de la gripe española, se buscó que el remedio casero tuviera un mayor «efecto terapéutico» y se complementó con cachaza, el aguardiente de caña producido en Brasil, que entonces era usado para estos fines cuando la enfermedad se agravaba, como era el caso de los afectados por la pandemia europea.
De acuerdo con el profesor Jairo Martins da Silva, un estudioso de la cachaza, con más de 25 años de experiencia en el tema, la prescripción de remedios caseros a base de hierbas, frutas y alcohol formaba parte del recetario tradicional de la medicina popular de la época y los médicos no se oponían a su uso en un país donde este tipo de brebajes eran habituales.
«Durante el periodo de la gripe española fue un remedio bastante usado, tanto que hasta hoy en día se utiliza mucho el limón, la miel y el ajo para frenar los resfriados (con cuestionables resultados)», explicó.
Más o menos dos años después, cuando la pandemia de la gripe española acabó, la miel se reemplazó por azúcar y se cambió el ajo por hielo, debido al clima cálido de Brasil.
El nombre que hizo popular al cóctel brasileño por excelencia también llegaría por esa época, inspirado en los habitantes de la zona rural de Sao Paulo, donde fue inventada –Caipirinha, viene de «caipiras», como son conocidos los campesinos en esa región del país–.
«Cuando la gripe española terminó, mas o menos en 1920, comenzó a llamarse Caipirinha, un nombre que se consolidó en febrero de 1922 durante la Semana de Arte Moderno», señaló Martins.
Varias versiones coinciden en que la culpable de la popularidad de la bebida brasileña fue la artista brasileña Tarsila de Amaral, reconocida mundialmente por ser una de las principales exponentes del Modernismo en Latinoamérica.
A la artista y a su marido, el poeta y escritor Oswald de Andrade, les gustaba promocionar en sus viajes elementos de la gastronomía brasileña, como la Caipirinha.
Amaral no pudo asistir a la también llamada 'Semana del 22', pero la Caipirinha fue promocionada allí por su esposo y varios de los participantes, que ya habían experimentado sus bondades en la capital francesa donde comenzó a ser popularizada la artista brasileña.
La cachaza, alma de la popular Caipirinha, es actualmente la bebida destilada más consumida en Brasil y la tercera en el mundo, según los datos del Instituto Brasileño de la Cachaza (Ibrac).
Existen seis tipos de cachaza: pura, azucarada, almacenada, añeja, premium y extra premium. Sin embargo, como se cuenta con casi 40 tipos de maderas de envejecimiento y almacenamiento, se habla de más de 150 clases de esta bebida.
Además de Brasil, Alemania es uno de sus mayores aficionados, pues es responsable por la compra del 25 por ciento de la cachaza exportada por el país sudamericano.
La cachaza, no obstante, no es demasiada habitual en Europa aunque sí lo es la caipirinha. En la mayoría de los casos, en el Viejo Continente, la cachaza se ha sustituido por ron blanco, mucho más habitual en los principales centros de distribución que el elixir brasileño.
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