

Secciones
Servicios
Destacamos
Una tradición que año tras año se repite. Los puestos de churrerías vuelven a dar calor en algunos puntos de la ciudad. Si bien el ... extraño comportamiento del tiempo, con temperaturas más altas de lo normal, ha hecho que las ventas no se iniciasen de la manera esperada, parece que con noviembre ya avanzado estas han empezado a despegar. En momentos puntuales del día, se forman pequeñas colas en los puestos adjudicados por el Ayuntamiento de Logroño. Un negocio, en gran medida, con tintes de tradición, regentados por padres e hijos.
El Consistorio tiene aprobados nueve emplazamientos en la capital: plaza Fuente Murrieta (aparcamiento plaza Ángel Bayo), parque de La Laguna (Duques de Nájera junto al colegio Doctor Castroviejo), parque Gallarza (junto a Pérez Galdós), parque de La Cometa (Gonzalo de Berceo con Ramírez de Velasco), Picos de Urbión (margen sur de la calle Clavijo), calle Divino Maestro (junto a avenida Club Deportivo), glorieta del Doctor Zubía, Estambrera-parque Rosalía de Castro y paseo Pepe Eizaga (entrada a plaza Primero de Mayo).
Madre e hijo son los responsables de dos de estos puestos, los ubicados en Picos de Urbión y Divino Maestro con el nombre 'La Exquisita'. Álvaro Martínez se encarga de este último, que desde hace seis años se encuentra junto al colegio de este mismo nombre –anteriormente estaba frente al polideportivo Las Gaunas–. De 17 a 21 horas, diariamente, y por las mañanas los fines de semana y festivos (de 8.30 a 12 horas) abre su puesto de churros, donde los clásicos y de chocolate triunfan junto a los buñuelos.
«Hemos empezado un poco flojos, por el calor de semanas atrás. Además, hay que tener en cuenta que el chocolate es muy delicado y con temperaturas más altas puede ponerse malo», indica el joven.
Coincide en ello Domingo, que junto a su mujer Teresa, se ocupan desde hace más de una década de 'La Perla Riojana' en el parque Gallarza –la madre de ella, Mari Carmen, con casi medio siglo de experiencia a sus espaldas, es la responsable del de la Fuente Murrieta–. «Hemos tenido menos ventas por el calor, pero también es cierto que con mucho frío, a la gente también le cuesta salir de casa».
Cada churrería tiene sus precios. En la de Domingo y Teresa, que abre diariamente de 16.30 a 21 horas –y los fines de semana y festivos funciona también por la mañana, de 7.30 a 12 horas–, mantienen los de la temporada pasada. La media docena cuesta 2,50 euros; la docena, 5. «No hemos querido incrementarlos y hemos optado por asumir nosotros ese aumento del coste de las materias primas».
Porque el aceite y la luz han encarecido los precios en su negocio –como en tantos otros–. Lo mismo cuesta la media docena y los doce churros en el puesto de Álvaro, aunque él sí los ha aumentado este año. «Hablamos que desde 2021 la luz nos cuesta ahora el doble y el aceite ha subido muchísimo», justifica.
Él cambia el aceite cada semana, «Necesitamos unos 30 litros para que la máquina empiece a funcionar y unos 35 para que podamos alcanzar la temperatura y altura perfectas para elaborar nuestros churros». Control exhaustivo para conseguir el dorado característico y evitar que se quemen. «Hay que tener cuidado con la cantidad que se echa y removerla con esmero». Domingo refrenda que para una buena fritura es necesario «controlar el aceite, que debe estar a unos 220 grados, y también el tiempo que permanece la masa en él».
Los clientes aguardan para pedir los churros y muchos, además, un chocolate caliente. También los buñuelos están entre los más demandados, pero los rellenos tienen menor aceptación entre el público. En cualquier caso, pequeños placeres callejeros que la tradición mantiene vivos.
El Ayuntamiento de Logroño permite la instalación de estos puestos de churrería de octubre a mayo, aunque en la mayoría de los casos estos permanecen hasta marzo o abril, en función del tiempo y del frío. Siguiendo la receta tradicional, la masa de los churros solo precisa tres ingredientes: agua, sal y harina. Si la masa está recién hecha, «es mejor esperar quince minutos antes de introducirla en aceite, porque en caso contrario el churro no adquirirá el color dorado característico y quedará más blanquecino», apunta Álvaro, de 'La Exquisita'. Las prisas no son buenas en su elaboración. Domingo, de 'La Perla Riojana', llega al puesto una hora y media antes de su apertura «para preparar la masa. Todo necesita su tiempo».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.