La barra que da la bienvenida

Cuando se desciende Marqués de Vallejo con la vista de las torres catedralicias de telón de fondo, el bar Umm constituye toda una tentación para el paseante. Este templo gastronómico que lleva la firma de Álex García se abre a través de sus enormes ventanales y de la terraza que se sitúa delante de su puerta, en la esquina de la calle San Juan con Marqués de Vallejo, invitando a detenerse.

Si en otro tiempo los niños paraban unos metros antes para mirar con los ojos bien abiertos las maquetas y dioramas expuestos en la juguetería Gónlez, son ahora los mayores los que deben reprimir sus ansias para no avalanzarse sobre la barra bien nutrida de Umm que les tienta con su presencia.

Álex García ha puesto al día la cocina riojana y la ha reducido a miniaturas de bocado, con formatos desenfadados. Este cocinero, uno de los abanderados de la nueva generación de chefs de La Rioja, llegó a la calle San Juan después de haber abierto 'otro' Umm en La Cava (calle Torrecilla) donde el local cambiaba según avanzaban las manecillas del reloj, combinando la oferta gastronómica con la de 'copeo'.

Basado en esa oferta gastronómica, Álex García llegó a un enclave privilegiado del corazón gastronómico de Logroño y reinterpretó la cocina riojana de toda la vida para darle su toque personal. Así llegaron creaciones como la oreja, la ensaladilla de jamón Joselito, el puchero de callos de buey Wagyu... aunque una de las propuestas que más aceptación tiene, de entre todos los que se pueden disfrutar en el Umm, son las croquetas de jamón Joselito. Su reconocimiento en diferentes concursos y publicaciones ha hecho que sean conocidas y demandadas, casi a partes iguales.

Umm ofrece también en torno a 25 referencias de vinos que van cambiando para que vayan teniendo cabida vinos de todo tipo. «Algunos son fijos porque son referencias que se piden siempre, pero otros van saliendo para dejar sitio a unos nuevos. Casi todo lo que tenemos es de aquí», reconoce Álex García, aunque también afirma que «hay alguna referencia de fuera, pero es casi testimonial».

Desde esa puerta de entrada a San Juan en la que se ha convertido Umm, Álex García observa la llegada de mucha gente de fuera, que no mantiene grandes diferencias con la habitual de Logroño: «Aunque la gente de fuera te pregunta por lo típico de tu bar, y luego, sí que hay una gran diferencia notable. La gente de Logroño viene, pide un pincho y un vino y se va; la gente de fuera, pide varios pinchos diferentes y se está más tiempo. En ese aspecto sí que hay una diferencia de actitud entre unos y otros», explica el propietario y cocinero de Umm.