El Señor Marrón, Javier Vielba y Guille Aragón, el trío que forma Arizona Baby. L.R.
Javier Vielba | Músico de Arizona Baby

«Vivir distintas experiencias, ponerte trajes, es como vivir varias vidas en una»

El trío vallisoletano lidera la segunda jornada del MUWI La Rioja Music Fest junto a Edu AnMu, Fizzy Soup y Cala Vento

Diego Marín A.

Logroño

Sábado, 28 de agosto 2021, 02:00

Arizona Baby es uno de los cabezas de cartel del MUWI La Rioja Music Fest y actúa hoy a partir de las 23.45 horas en el patio de Bodegas Franco Españolas de Logroño, después de Edu AnMu, Fizzy Soup y Cala Vento. Javier Vielba, ... músico de Corizonas, Arizona Baby y El Meister, y productor de artistas como Ángel Stanich, regresa a La Rioja, donde ya ha actuado con todas sus bandas.

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–Estará de luto por la muerte de Dusty Hill (ZZ Top), ¿no?

–Sí. Es una pena, la verdad.

–¿Cómo surge un trío de country-rock americano en Valladolid?

–No es tan raro, en los 60 ya había mucho movimiento musical, los Beatles tuvieron repercusión mundial y en Valladolid empezaron a surgir los primeros conjuntos. Aquí tenemos figuras como Joaquín Díaz, folclorista y etnógrafo que en los 60 grabó unas canciones tradicionales americanas, con su barba y su guitarra. Es un antecedente evidente, pero, por otro lado, también hubo rock progresivo-urbano, hippies, gente que había viajado, que había probado el LSD, que tenía discos de Hendrix y Smash... Mi vecino trajo los primeros discos de Creedence Clearwater Revival a España. Luego hubo una conexión brutal entre Valladolid y Malasaña. Valladolid nunca ha sido ajena a las tendencias y todo eso fue un caldo de cultivo. A la gente le sorprende, quizá por ignorar esto, pero nada viene de la nada. Somos hijos de los 80, de la era 'grounge', y nos marcó mucho los 'unplugged' de Nirvana y Alice in Chains, ver a Pearl Jam colaborando con Neil Young...

–Permítame la broma: ¿cree haber influido más estética que musicalmente en artistas como su discípulo Ángel Stanich?

–Vivimos tiempos muy visuales. Y es muy raro, ya no es el videoclip sino los 'stories' en redes sociales. Son las novísimas redes sociales las que hacen y deshacen estrellas juveniles. Como decían los Ilegales: «Tiempos nuevos, tiempos salvajes». Nosotros pertenecemos a otro tiempo, nacimos en un mundo analógico y vivimos en uno virtual. Si Rosalía va con chándal, oro y uñas, ves a mucha gente así; si C. Tangana va vestido de narcotraficante, ves muchos así; y cuando Nirvana lo petaba todos íbamos con camisa de franela y pelo largo. Cuando nosotros salimos se llevaba esa estética de barbas y ropa 'vintage', ya éramos así pero esa tendencia sopló a nuestro favor. Ángel Stanich, hermano pequeño y amigo, y otros no eran ajenos a eso y todo se pega. Todo tiene su influencia. Nuestro batería fue el suyo y yo le grabé las guitarras de su primer disco, y produje también el segundo. Pero lo musical ha pesado más que lo estético.

–¿Cómo logra conducir tres proyectos a la vez como son Corizonas, Arizona Baby y El Meister?

–Supone algo de vital importancia porque es la forma de sobrevivir. De estar con un solo proyecto, incluso antes de la pandemia, hubiera sido difícil ganarse la vida. Esto me permite estar de concierto con uno u otro todos los meses. En la época prepandémica a veces producía cierto estrés, pero eran oleadas, en general era llevadero y agradecido por poder expresarme en distintas vías. La música es muy vocacional y vivir distintas experiencias, ponerte trajes, es como vivir varias vidas en una. En los tiempos que corren con la música es difícil forrarse, un 1% de los artistas sí generan dinero, pero para el otro 99% son tiempos difíciles, es más un 'do it yourself'. Nosotros veníamos del 'underground' y nunca habíamos sacado las raíces.

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–Incluso, dentro de las propias bandas, ahora hay distintos formatos. Parecen muñecas rusas...

–Por cómo estaba de jodida la cosa te veías obligado a hacer formatos reducidos. Muchos grupos ya teníamos ese formato antes. Guille (batería) es médico y si salía un concierto un jueves, como él no podía, lo hacíamos como 'guitar dúo'. Con El Meister ya casi soy hombre-orquesta con toda la cacharrada, sin embargo, Corizonas es ajeno a esto y nos hemos quedado en tierra.

Javier Vielba Músico de Arizona Baby

–Todos estuvieron de acuerdo en crear una mesa de trabajo en favor de la cultura pero fue un brindis al sol. Cinco años después no se ha hecho nada.

«Nos gusta cumplir los clichés del rock. Somos conservacionistas»

El cuarto y último disco de Arizona Baby es 'Sonora' (Subterfuge, 2018), un trabajo que continúa en la línea de trabajo del grupo pero que experimenta con nuevas voces, psicodelia y suena a The Beatles.

–En su último disco, 'Sonora', la mayoría de sus canciones son breves, una de incluso menos de 3 minutos, y, en cambio, la último dura 14. ¿Por qué?

–Para mostrar un poco el amplio abanico. Siempre, de media, andamos entre los 3.30 y 4.30 minutos por canción e hicimos un esfuerzo consciente para hacer una de menos de 3. Y también nos dimos el gustazo de hacer otra expansiva, con subidas, bajadas, es más divertido, variado, un reto más estimulante. Entre nuestros grupos favoritos hay punk, 'country', folk... y en la música popular las canciones suelen ser cortas. Luego está el momento de trance chamánico y entra en juego la psicodelia, el viaje espiritual, la trascendencia a otro plano. Esa canción ('Just say it's so) ejerce ese papel. La grabamos en una sola toma y muchos punteos de Marrón están improvisados. Hubo química.

–El disco suena a The Beatles, ¿reconoce esa influencia?

–Claro. Es que los Beatles han influido a todos los grupos que nos han influido a nosotros, como Ozzy Osbourne, Nirvana, Motörhead, Creedence, Birds, Neil Young, Bob Dylan... La vena beatleliana siempre está ahí de fondo, aunque no sea consciente, pero lo reconozco, aunque quizá haya más soul, 'rhythm and blues', funk...

–Otra rareza de 'Sonora' es que el batería, Guille Aragón, canta en una canción ('What you are'). ¿Por qué?

–Trajo la canción escrita, nos la pasó para darle una vuelta con una maqueta cantada como referencia y me gustó, así que le propuse que la cantara. Me gustaba afianzar la sensación de grupo, la unidad, así que en un momento dado el protagonista es Guille cuando canta. Es una forma de repartir juego entre los compañeros. En Kiss, Black Sabbath, Eagles, Carpenters... cantaban los baterías. Nos gusta cumplir los clichés del rock: que haya solos de guitarra, que cante el batería, hacer un disco de versiones... Esto último está pendiente. Somos conservacionistas.

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