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Ara Malikian viene a ser sobre el escenario lo que su largo cabello sobre su cabeza: una suerte de caos, aunque perfectamente ordenado. Desmelenando notas durante casi dos horas, el músico puso este lunes en pie al público que llenó el aforo permitido del ... calceatense teatro Avenida, ue atestiguó el derroche de virtuosismo musical y físico del incansable violinista.
El artista desgranó una retahíla incesante de sensaciones varias, porque el concierto fue eso, una especie de batidora musical alimentada por un repertorio que lo mismo invadía el auditorio de alegría, emoción, tristeza y también de la comicidad con que Malikian encadenaba las piezas, a base de historias, muchas de las cuales confesó «tuneadas». En realidad no había engañado a nadie, desde luego menos con el relato que convertía en doctor en el baile de la Lambada a su compañero pianista, Ivan 'Melón' Lewis.
Con todos estos elementos, Malikian, el hombre que huyó del foso de una orquesta a través de un foso construido por músicos libres -qué imaginación- construyó desde el escenario, sobre el que lo mismo corría que saltaba o parecía entrar en trance, un mundo virtual sustentado sobre los pilares de sus notas. Broche con la 'Nana arrugada', dedicada a los ancianos que mueren solos por la pandemia. El músico actúa hoy en Riojafórum, Logroño.
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