Lo que el viento no se llevó

Entre las decenas de recuerdos de la colección de Bonet hay objetos de atrezo de sus películas, ropa, y piezas tan inusuales como cinco fotos de la actriz y su segundo marido, Laurence Oliver, desnudos y bañándose en un río durante su luna de miel en 1940.

Bonet tenía 15 años cuando vio 'Lo que el viento se llevó'. Encandilada con el personaje de Scarlett, la damisela sureña que encarna Leigh, su admiración por ella no dejó de crecer. Cuando en 1957 supo que estaba de vacaciones en Torremolinos le envió una postal. Luego le remitió cada mes a Londres un ramo de rosas rojas. Surgió una duradera amistad certificada por las más de 45 cartas que se cruzaron en la última década de vida de la actriz.

Leigh recibió a Bonet en su casa de Belgravia en 1965 para agradecerle el regalo de un medallón con las iniciales GWTW ('Gone With the Wind', título en inglés de 'Lo que el viento se llevó'). Con 51 años, Leigh padecía ya la tuberculosis que acabó con su vida en 1967. John Merivale, última pareja de la actriz, invitó a Bonet a su funeral, junto a amigos como Michael Redgrave y Alec Guinness.

Suzanne, hija de Leigh, su madre Gertrude, el propio Merivale, y la doncella española de la casa, Domitila Martínez, enviaron luego de todo a 'Miss Bonet': una pitillera de oro y plata con las iniciales VL y sus últimos pitillos, zapatos, sombreros, bolsos, camisones, guantes, pintaúñas, su taza de té, su última agenda con notas como «cumpleaños de mamá», las lentes que usó en 'El barco de los locos' (1965), su última película, o la sombrilla de 'Lo que el viento se llevó' (1939). En total, unos 70 lotes, que incluyen varias de las cartas manuscritas que la actriz envió a «mi amiga española», la última fechada el día antes de su muerte.

Las 23 fotos inéditas son el lote más caro -a partir de 7.200 euros- y deseado. La pitillera y la sombrilla parten entre 2.500 y 3.000 euros, y los zapatos entre 600 y 700. En 2017 Sotheby's recaudó en Londres 2,5 millones por la venta de otros objetos de Leigh. «Se suelen vender todos los lotes, lo que no ocurre con otras subastas», anticipa Setdart.