Borrar
Víctor Hernández toreó con hondura al cuarto novillo de El Cortijillo con la mano diestra. Justo Rodríguez
Víctor Hernández alumbra con dominio su camino al Zapato

Víctor Hernández alumbra con dominio su camino al Zapato

El madrileño corta una oreja a cada uno de sus novillos y sale por la puerta grande en una tarde en la que Sergio Rodríguez también brilla por su toreo de bello concepto

Viernes, 30 de septiembre 2022, 23:08

Víctor Hernández partía como uno de los novilleros favoritos por su serio golpe en Madrid a principios de temporada, donde abrió la Puerta Grande de Las Ventas. Este sábado por la tarde vuelve al coso madrileño, que es la primera plaza, pero en la tarde ... de este viernes se citó con Arnedo y su Zapato y no le importó jugarse el tipo para calzarse el trofeo. Su primer novillo de El Cortijillo tuvo una embestida fría de salida, propia del encaste Núñez, y la mantuvo también helada gran parte de la faena de muleta, hasta que le exigió y rompió a más el animal. La faena que le planteó el novillero madrileño tuvo continuidad, pero sin llegar a profundizar. Se le notó superior en todo momento, inteligente y dominador. Al natural obró dos series que tuvieron buen trazo. Fue una faena completa sin ser muy agradecida por el novillo, al que cerró por manoletinas antes de enterrar el estoque y cortar la primera oreja. Se hizo con la que le abría la puerta grande en el cuarto, al que entendió perfecto, y por su rodaje y capacidad obró el milagro de que rompiese a bien el de El Cortijillo. Sin pena ni gloria habían transcurrido los primeros tercios, y cuando llegó a la muleta cantó pronto y buscó refugio en tablas, pero Víctor consiguió retenerlo. Buenas fueron dos series por el derecho. Lo sobó hasta el punto que, dejándole la muleta en la cara, la perseguía. Fue ahí cuando le enseñó a desplazarse. Sensacionales fueron los pasajes por el pitón izquierdo, con gran hondura y despaciosidad, relajado, asentado, y espectacular fue una especie de circular con la muleta en la mano izquierda y citándolo por la espalda. A esta altura de la faena, que fue larga, el novillo ya lo había dado todo y bajó las revoluciones a mínimos. Tiró entonces de cercanías con el animal ya aplomado y sonó el aviso antes de pinchar con la espada, que no impidió el trofeo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja Víctor Hernández alumbra con dominio su camino al Zapato