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logroño. Irene López 'Poochie' y Maxi Jiménez son del madrileño barrio de Usera, pero también del Bronx, de La Habana, California, Logroño... No se cierran a ningún barrio, estilo ni raíz. «Nos gusta todo», aseguran. Y con ese 'todo' participaron ayer en la última Matinal ... con Estrella del Wine Fandango, un regalo para sumar, ya en el recuerdo, a este día de Reyes.
Un regalo, el de Sweet Barrio, envuelto en la personal y versátil voz de 'Poochie', capaz de pasearse con absoluta naturalidad -amén de con arte y pasión- por el flamenco, por el rap, el jazz, el rock, los sonidos afroamericanos... por la música de raíz vistiendo de Adidas.
Una voz, además, que salta con soltura del castellano al inglés y que lo mismo interpreta temas propios pendientes de grabar (en abril sacarán su primer disco) que versiones de Led Zeppelin o de Las Grecas, como esa 'Bella Kalí' de aires árabes que Irene hizo suya sin aspavientos.
«Esto es como sentimos». Así anunciaron su concierto en Logroño, un barrio nuevo para este dúo madrileño pero donde finalizaron su actuación asegurando sentirse como en casa. De igual modo, el público que ayer disfrutaba del vermú en el Wine Fandango se sintió cómodo en el Sweet Barrio multicultural, espontáneo y emocional de 'Poochie' y 'Maxi', que no deja de ser cualquier barrio del mundo donde la música suene desde dentro y de verdad.
En otro barrio, el de San Antonio, las Bodegas Franco-Españolas se despedían ayer de Actual 2018 con un concurrido y animadísimo vermú torero, protagonizado por Mutagénicos y Los Coronas.
Como preludio de su show mutante, la sintonía de la serie televisiva 'El hombre y la tierra' empujó a los riojanos hasta el escenario, donde arrancaron su concierto con el apropiadísimo 'Ya llegó la Navidad' del vinilo 'Christmas Party'. A partir de ese momento, Mutagénicos armaron el guateque en clave de rock and roll, surf, garaje, pop de los 60... repasando su nutrido repertorio y con especial dedicación a '¡¡Mutan!!', su más reciente trabajo. Y de ahí ese 'Soy un robot', que se materializó en un androide de cartón que acabó bailando entre el público. También hubo lluvia de regalos en forma de CD y vinilos 'mutagénicos'.
La fiesta final llegó con Los Coronas, viejos conocidos y con fieles seguidores en estas tierras, al este de su territorio musical. Y allí estaban sus incondicionales, y algunos más, disfrutando del magnífico sonido que nos sirvieron en el último vermú torero de Actual, y del surf rock instrumental de marcado carácter cinematográfico y fronterizo, sello de la casa. Llegaron con su arriesgado 'Señales de humo' y se despidieron con el 'Corazón contento', más incluso que el de Marisol.
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