Puedes tener una televisión oled, con resolución 1080p o 4k, que cuando nuestra querida TDT emite un evento deportivo que acaba con una copiosa lluvia de confeti toda la imagen se pixela de forma espantosa. Ocurre lo mismo cuando el agua de una piscina o ... la mar son las protagonistas de las imágenes. La clave está en el ancho de banda y la forma en la que se comprime el vídeo para que viaje por las ondas.

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Explicado de forma rudimentaria: la compresión de vídeo funciona haciendo hincapié en qué cosas cambian y cuáles no entre fotograma y fotograma. Imagine que tiene diez segundos de vídeo con un tipo sentado en una silla hablando a cámara. La silla apenas se moverá, quizá cambie la luz reflejada en ella; en cambio la boca del hombre, sí. Ahora piense en todo lo que la compresión debe gestionar cuando se produce la lluvia de confeti.

¿Es inevitable? Qué va. Más allá de la excelente calidad de plataformas como Netflix, Prime Video, Disney+ o Apple TV+, existen cadenas 4k en pruebas a través de la TDT que también se ven a las mil maravillas. Sin embargo, España sigue anclada a la baja definición –todas las cadenas generalistas mantienen su versión en SD– y eso limita el ancho de banda, haciendo que muchas de las cadenas en HD se vean también fatal.

El problema parece que va para largo porque aunque el Gobierno había puesto el 1 de enero de 2023 como fecha al fin de las emisiones en SD, ahora pretende alargar la agonía hasta el 14 de febrero de 2024, según un proyecto de real decreto. ¿La razón? Aseguran que la pandemia ha ralentizado la renovación de televisores. Por si fuera poco, la CNMC ha sugerido que sean las cadenas las que elijan el momento de pasar a HD, sin límites. Que Dios nos conserve la vista.

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